Desde aquí enviamos nuestros mejores deseos a los fans de la Selección Mexicana de futbol; esperemos que haga un excelente papel en este Mundial que comienza. Mientras tanto, amables lectores, tengo el honor y agrado de compartir Oro Verde con ustedes, la primera columna periodística abiertamente a favor del uso legal de la cannabis, que se publicará de manera periódica en este diario. Seguramente pronto veremos más colaboraciones de este tipo en otros medios de comunicación, ante la presencia inminente e irreversible de la economía de la cannabis y sus diferentes usos. De ahí el nombre de esta columna: estamos ante un auténtico oro verde, desaprovechado por una prohibición cuyos resultados positivos, hasta el momento, se desconocen.

Hace algunos días, el miércoles 13 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció, por tercera vez, el derecho al cultivo de cannabis con fines personales. El ciudadano a quien se otorgó el amparo es el senador con licencia Armando Ríos Píter –el Jaguar­-, que podrá cultivar cannabis para su consumo personal y sin fines comerciales. Un aplauso a los ministros por asumir su responsabilidad con criterio e independencia.

Sin embargo, no podemos dejarles toda la labor: es necesario que los representantes y gobernantes que elijamos dentro de unos días afronten el reto de legislar y poner en marcha una nueva forma de convivir con la cannabis. Se requiere una legislación que nos permita ser parte de lo que se configura como un segundo esplendor mundial de la cannabis (el primer esplendor comenzó hace algunos siglos, durante la expansión del comercio naviero y terminó con la prohibición de la mariguana en el siglo XX).

Si en otros tiempos fue de suma utilidad para la economía, en la actualidad la presencia de la cannabis también genera prosperidad. Actualmente, en California y Colorado, se obtiene una gran cantidad de impuestos proveniente de las ventas de dispensarios que comercializan mariguana con fines médicos y personales. Las nuevas leyes permiten que la industria farmacéutica invierta en investigación y comercialización de moléculas derivadas de la cannabis en Colombia, mientras que en Chile ya se comercializa el primer producto nacional de cannabidiol. Asimismo, las tendencias en bioconstrucción y ambientalistas voltean a ver al cáñamo (el nombre dado a la fibra y otros productos empleados en la construcción, la alimentación, la cosmética y otros artículos no relacionados con el uso médico o personal) como una opción asequible y acorde a la necesidad actual de materiales ecológicos.

Es insensato privarse de un recurso que ya revoluciona la economía de otras naciones; la legalización acercaría la posibilidad de desarrollar industrias basadas en las distintas propiedades de la cannabis. México debe iniciar el desarrollo de tecnología para producir en gran escala esta planta milenaria. Nuestro territorio –insisto- resulta ideal para su cultivo y explotación, lo que representa empleos y la posibilidad de comenzar la recuperación y fortalecimiento de las economías regionales orientadas a un mercado global del que nuestra nación puede participar exitosamente. Esperamos que México no sólo triunfe en el Mundial de futbol, sino, principalmente, en la economía global.

EL COGOLLO DEL PASTEL: ante el advenimiento inminente de la industria de la cannabis, es notoria la presencia del coyotaje voraz que busca enriquecerse a costa de empresarios bienintencionados y pretende instalarse en esta nueva área económica. Tengamos cuidado y evitemos que este campo se contamine con prácticas que tanto han dañado a las instituciones de nuestro país.

@OroVerde420