Todo está dicho, todo está escrito y los mexicanos ya conocemos los resultados del próximo domingo.

Durante las campañas políticas, que afortunadamente ya concluyen, un elemento jugó y otro está por jugar.

Jugó el odio a ex gobernadores corruptos, que traicionaron al pueblo y dieron una puñalada en la espalda al electorado.

Javier Duarte, con sus mansiones en Woodlands, con su agua destilada en lugar de medicamento para combatir el cáncer en menores y su esposa Karime dándose vida de reina en Europa.

Roberto Borge, con sus terrenos a precios de regalo, que pensaban transformar en resorts para los ricos europeos que gustan del buceo y la pesca.

Guillermo Padrés, que acumulaba agua para su rancho, y dejaba sin vital líquido a miles que tenían sed.

César Duarte, que es socio de políticos poderosos en un banco, y por eso disfruta de la libertad.

Ángel Aguirre, que bebía mientras llovía de manera torrencial, y fue protegido por el poder después de la desaparición de 43 jóvenes de la normal rural de Ayotzinapa.

Fausto Vallejo, con su vástago bebiendo chelas con la Tuta, y Jorge Herrera Caldera incumpliendo compromisos, traicionando a Ismael Hernández Deras y enriqueciendo a sus familiares y amigos.

La alta corrupción de Rodrigo Medina de la Cruz que metió con calzador Natividad González Parás. También el fantasma de Humberto Moreira y el histórico endeudamiento de Coahuila y, claro, la pelea a muerte con su carnal, Rubén.

Andrés Granier, que exprimió Tabasco y Fidel Herrera, el padre del cochupo y la transa. 

Arturo Montiel y todo su aparato para lucrar con el dolor y la pobreza; de la misma manera Tomás Yarrington y Eugenio Hernández que narcotizaron nuestro amado Tamaulipas.

Gabino Cué, que a través de su socio ideó una maquinaria para asaltar el empobrecido Oaxaca.

Y está por jugar la operación: compra de votos con dinero en efectivo, movilización y miedo, que aderezarán este domingo 1 de julio, los 31 gobernadores y el jefe de Gobierno. Pero ya no les alcanzará. Ellos invertirán en sus diputados, senadores y alcaldes. La presidencial ya no la pueden mover.

Pero, insistimos, todo está escrito porque los ex gobernadores nombrados en este texto se encargaron de avivar el voto del encabronamiento, de una sociedad que está hasta el copete de la impunidad.

@GustavoRenteria

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