Este sábado pasado finalmente se confirmó la decisión de la OPEP de aumentar la producción de crudo en un millón de barriles diarios para tratar de sustituir la caída en la producción diaria de Venezuela e Irán. A pesar de que Irán se oponía a esta resolución, Arabia Saudita logró el acometido, mismo que ha sido respaldado por Rusia. Este incremento se iniciará a partir del 1 de julio próximo.

El viernes pasado, ante una falta de acuerdo aún, los precios del petróleo registraron fuertes rebotes al alza. El WTI subió más de 5%; el Brent del Mar del Norte, más de 3.0% y la mezcla mexicana, 4.5% para ubicarse en 67.54 dólares, promediando en lo que va del año 60.31 billetes verdes muy por arriba de los 48.5 dólares de la cobertura petrolera.

Sin embargo, este acuerdo podría generar que el potencial de alza de los precios del petróleo fuera limitado. Vemos difícil observar nuevos máximos recientes, y en contraparte, riesgos de caídas en las cotizaciones entre 5 y 10% de manera rápida.

Quizá este movimiento de alza contribuyó junto con el aumento en la tasa de interés del Banxico de 25 puntos base a que el tipo de cambio viviera un día de apreciación de más de 1.0%.

En ese sentido vemos que la cotización alrededor de los 20 pesos por dólar representa la cercanía de un posible piso en el corto plazo (máximo 19.75) y previo al fin de semana electoral estar consolidando, seguramente por arriba de los niveles de cierre en 20.04 pesos en la parte interbancaria.

Entrando a la última semana antes de las elecciones

De nueva cuenta, vimos un equipo mexicano que ganó con justicia en el Mundial de futbol a Corea del Sur, y con ello se afianza en el primer lugar de grupo. Un paso exitoso hasta el momento y, sin embargo, aún no estamos calificados.

La actitud y valentía mostradas de todos y cada uno de los integrantes de esta Selección nos genera “confianza” de que las cosas pueden salir muy bien, si uno se lo propone.

México está a una semana de decidir si quiere continuar con el actual modelo económico o desea un cambio en donde el gobierno tenga una mayor participación y se tienda a perder el “libre mercado, la competitividad de las empresas, la posible estabilidad macroeconómica con una tendencia a incrementar el gasto público, el riesgo de perder la autonomía en el tiempo del Banxico y quizá hasta reducir la libre fluctuación en el tiempo del peso mexicano”. Eso no será de corto plazo, pero sí con un enfoque de mediano o largo plazo.

Las probabilidades de mantener el modelo económico actual son menores, ¡pero existen! Una votación “histórica” daría la posibilidad de un resultado positivo.

Habrá días de reflexión en donde la sociedad tiene que dejar a un lado el voto por un enojo válido. Sin embargo, el momento actual tendrá que forzar ese manejo más transparente de los recursos, un mejor trabajo sobre la recuperación de la “seguridad” a nivel nacional y una labor para que regrese el marco jurídico justo y se castigue a funcionarios públicos corruptos y a quienes ostentan contra la inseguridad de la sociedad.

Vamos, México. Vamos a buscar ese menor porcentaje de triunfo y no dejar que México tenga retrocesos. La Selección de futbol lo está logrando paso a paso. A nosotros nos toca este domingo 1 de julio. ¡¡Todos a votar!! Pero a votar por un México de progreso y transparencia.