Lo hemos comentado en varias ocasiones, ser torero es una tarea muy compleja que implica una serie de grandes sacrificios. El solo hecho de llegar a tomar la alternativa implica muchísimo trabajo, dedicación, sacrificios y un largo camino.

Muchos chavales con la aspiración de llegar a ser toreros comienzan su carrera desde muy jóvenes en las escuelas taurinas, ahí comienza un primer filtro, la mayoría se quedan en el camino, otros pasan de becerristas a novilleros, ahí llegará otro filtro y los privilegiados podrán llegar a ser toreros. Ya como toreros se enfrentarán a la dificultad de destacar para poder vivir de la profesión, desafortunadamente son muy pocos los que lo logran. Muchos terminan alejándose de la profesión y otros han decidido irse a las filas de plata para buscar vivir del toro.

Esta semana nos amanecimos con una noticia muy triste, murió el matador Mario Aguilar, todo indica que se quitó la vida. Solo es supo las razones que lo llevaron a tomar esa fatídica decisión.

El mundo taurino quedó de luto, sus compañeros, empresarios y ganaderos mandaron sus condolencias manifestando su pesar por la noticia. Mario habrá tenido sus razones para elegir su destino, lo que nos debe llevar a la reflexión es el por qué tienen que ocurrir todas estas tragedias para que el mundo taurino manifieste su solidaridad.

Mario tuvo una proyección importante en su etapa de novillero, destacó como uno de los alumnos más avanzados del proyecto de Tauromagia Mexicana, llegó a torear como novillero en las Ventas de Madrid y en la Maestranza de Sevilla, ya como matador de toros no pudo continuar con el paso firme que mostró de novillero.

Calidad la tenía, las oportunidades se fueron cerrando y desafortunadamente cada vez fue toreando menos. Una carrera de altibajos.

Ahora se le rinden homenajes y todo el mundo taurino habla de su trayectoria, lástima que esos apoyos no se dieron cuando los necesitó.

La muerte de Mario Aguilar nos debe poner a pensar cómo se puede apoyar a los jóvenes toreros que cada día tienen menos oportunidades.

Tanto en México como en España, los empresarios están apostando por carteles que les aseguren la taquilla, por eso estamos viendo casi siempre a los mismos. A quien torea poco no se le conoce y muchas veces su actuación no será de éxito ya que se tiene poca experiencia y el toreo de salón no es suficiente.

Si uno analiza los escalafones podremos confirmar que el pastel se reparte en pocas manos, y la mayoría de los profesionales tendrán muy pocas oportunidades, cuando se cierran las puertas es cuando llega la frustración, la desilusión, y el abandono paulatino de la profesión. Todos los que se ponen delante merecen el mayor de los respetos, finalmente el toreo es un arte, un arte real, de verdad, tanta verdad que está en juego la vida misma. Por ello duele mucho saber que una persona renunció a seguir con sus sueños y buscó otro camino para su destino. Descanse en paz el torero Mario Aguilar.