FOTO: ESPECIAL La literatura digital confluye en un mismo espacio, donde suenan melodías y saltan animaciones  

La literatura digital confluye en un mismo espacio, donde suenan melodías y saltan animaciones. No sólo es el texto, es la experimentación, la audacia y el espacio, para conquistar los sentidos de quien lee y navega.

La aparición del primer e-book, o lector electrónico, se remonta a 1996, con el Rocket, antes que el Kindle de Amazon, que apareció por primera vez en 2007, y ahora suma 15 diferentes modelos y características.

Pero el lector electrónico no es un más que un libro visto en una pantalla.  En la literatura digital, no hay orden de lectura y prevalece la interacción del usuario, con experimentos que se acercan más a los videojuegos que a la propia literatura con texto, al incluir animaciones.

Ejemplo de ello, es la literatura digital mexicana, como Tatuaje, una novela policiaca hipermedia donde el lector decide el transcurso de la historia. Umbrales, una pieza que busca borrar los límites de la empatía, para ponerse en el lugar, la mente y el corazón del otro.

También está Homozapping, pieza-videojuego que revela las decisiones de los jugadores en temas de género, intersexualidad y genitalidad. Así como El viaje, pieza interactiva considerada precursora de la literatura digital en México, recuperada por el Centro de Cultura Digital, productor de cada una de las anteriores propuestas.

De forma independiente, hay obras como Laura viene y va, sobre una mujer citadina que vive con su perro y reflexiona su propia vida, además de X La Ruta, que relata la historia de un chofer de microbús en desamor que escucha a Maná, junto a la historia de los pasajeros.

Lo que debes saber:
         El Centro de Cultura Digital desarrolla diversas piezas digitales, entre ellas Un Bot Más, proyecto en Twitter que imita estilos de escritoras mexicanas.
         En México, el escritor Jorge Tirzo impulsa este tipo de literatura, a través de talleres que imparte y contenido en su web literaturadigital.mx.
         En la red, hay proyectos que recolectan literatura electrónica, como Ciberia Project, en español, y Electronic Literature Organization, en inglés.

 

 

JNO