Foto: EFE El atacante, según los medios rusos, es un hombre de 37 años, oriundo de la ciudad rusa Voronezh  

MOSCÚ.- Un hombre causó serios daños al cuadro “Iván el Terrible y su hijo“, una de las obras más célebres del pintor ruso Iliá Repin, al atacar el antiguo lienzo con un soporte metálico en la Galería Tretiakov de Moscú, informaron hoy fuentes de la pinacoteca capitalina.

 

“El cuadro ha sufrido graves daños. Presenta cortes en tres zonas de la parte central de la obra”, señalaron en la galería de arte.

 

También recibió daños el marco de la pintura después de que el vándalo golpeara el cuadro protegido por un vidrio con uno de los postes metálicos de separación colocados frente a la famosa obra.

 

El atacante, según los medios rusos, es un hombre de 37 años, oriundo de la ciudad rusa Voronezh.

 

En un vídeo difundido en las redes sociales, el vándalo asume la responsabilidad por el ataque y lo atribuye a los efectos del alcohol.

 

“Fui a ver el cuadro, y como a las ocho de la noche bajé a la cafetería para tomarme cien gramos de vodka”, relata el hombre en su confesión.

 

“Y se me cruzaron los cables”, añade el vándalo, quien asegura que el alcohol debió de sentarle mal porque él no tiene costumbre de beber.

 

Más tarde, al ser interrogado por la policía, el atacante afirmó que tras la ingesta de alcohol quedó “escandalizado” por la obra de Repin (1844-1930), famoso pintor y ruso del movimiento artístico de los Itinerantes.

 

El cuadro, terminado por Repin en 1885, muestra al zar Iván el Terrible (1530-1585) abrazando el cuerpo de su hijo agonizante, al que acaba de golpear mortalmente en un arrebato de ira.

 

Según expertos, la restauración de la pintura, que formaba parte de la exposición permanente de la galería desde su adquisición por el fundador de la pinacoteca en 1885, puede demorarse meses o hasta años.

 

“Iván el Terrible y su hijo” ya fue víctima de un ataque de vandalismo en 1913 y es objeto de críticas constantes de ultrarreligiosos y nacionalistas, que exigen su retirada del museo por “falsificar” la historia.

 

Los simpatizantes del monarca defienden que Iván IV no asesinó al heredero al trono de un golpe con un cetro en un ataque de rabia, como cuenta la leyenda, ya que éste murió envenenado, como se pudo comprobar al ser exhumados los cadáveres de ambos en 1963.

 

DCA