Aún no triunfa este año en Nascar, pero es la gran figura de México en el automovilismo. ¿Algo mejor que únicamente “sobrevivir” a la elevada competencia de la serie norteamericana? Sí, Daniel Suárez robándole reflectores a grandes estrellas de los Estados Unidos.

Suárez presintió que su auto era lo suficientemente rápido como para ganar la Carrera de Estrellas el sábado pasado en la cuna de Nascar, el Charlotte Motor Speedway, y eso fue lo que intentó. Tuvo un manejo combativo e inteligente, ganó una etapa y llegó a la fase final con altas expectativas, pero, a veces, ser muy rápido no es suficiente.

Hace algunas fechas se podía ver que para el mexicano era difícil asociarse con sus coequiperos. Este sábado en el reinicio final de haberse vinculado con otro piloto de Joe Gibbs Racing, Denny Hamlin, Suárez habría tenido lo suficiente para ganarle a Kevin Harvick quien sí fue ayudado y le dejó en segundo lugar por tan sólo 325 milésimas de segundo.

Supongamos que podemos rebanar un pepino en mil rodajas, muy pero muy finitas, contamos 675 de esas mínimas porciones y las eliminamos. Lo que resta es la diferencia por la que Suárez dejó de ganar esta carrera y con ello perdió el premio de un millón de dólares.

Hablamos, en todo caso, del mejor resultado de Suárez en sus dos temporadas dentro de la Monster Cup, aunque por ser la All Star Race un evento de exhibición, no le dio puntos para el campeonato.

La certeza que queda es que las grandes estrellas están dejando que Daniel “pague” solo sus cuotas, sin entrar apoyado al juego estratégico que es indispensable en la serie mayor. Lo que ocurre siempre con un extranjero que es incómodo para el establishment.

Pero Suárez es tan bueno, que ejerce también la diplomacia. Muy correctamente declaró la falta aplicación estratégica con su coequipero: “Joey (Logano) hizo un mejor trabajo empujando (a Kevin Harvick, el ganador), estaban conectados. Denny (Hamlin, el coequipero) trató de empujarme pero sufrió daños en su auto y fue desafortunado. Por alguna razón, Denny no pudo permanecer conectado conmigo. Así son las carreras”.

Daniel ya revirtió un inicio de temporada que fue amargo. Había terminado en la vuelta del líder en sólo una de las primeras siete carreras y ahora ha mejorado al punto de finalizar en 11º, 10º, 10º, y 3º consecutivamente en las carreras de la Cup, encontrando un excelente remate en la ‘All Star Race’ con el cerrado duelo frente a Harvik.

“Siento que estuve ejerciendo mucha presión sobre mí mismo a principios de temporada y también tratando de empujar mucho al equipo para obtener los resultados. Mi velocidad a corto plazo no era buena, pero, una vez que estuve en el frente, pasando de los diez a los cinco primeros, he podido superar eso con aire limpio”, dice Suárez sobre la clave de una mejoría crucial en la búsqueda de su primer triunfo en la categoría de los grandes.

No tengamos duda de que en breve Daniel se consolidará con una victoria. Dejará de ser Daniel el travieso. Se convertirá en el más incómodo de los jóvenes talentos de Nascar, y sin ser estadounidense.