Foto: Rodolfo Angulo Visita. El cardenal Retes acudió al penal de Santa Martha, donde se encuentran recluidas más de mil 200 internas.  

El arzobispo primado de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes, visitó el Centro de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla para oficiar una misa por la celebración del 10 de mayo, Día de las Madres, en donde transmitió un mensaje de esperanza a cientos de mamás que, “justa o injustamente”, se encuentran privadas de su libertad.

En su visita, el cardenal Aguiar realizó un recorrido por las instalaciones de la prisión más grande de mujeres a escala nacional, ubicada en la delegación Iztapalapa, en la cual se encuentran mil 256 internas.

Primero visitó la enfermería de la cárcel, la cual es atendida por 32 enfermeras que se turnan para mantenerla abierta las 24 horas del día, los 365 días del año; ahí platicó con ellas y con algunas internas que se encontraban hospitalizadas, quienes le pidieron que les diera su bendición.

Posteriormente se trasladó a la capilla del centro penitenciario, donde llevó a cabo la homilía en el patio conocido como “sala chica”, ahí asistieron cerca de 500 mujeres, quienes escucharon al sacerdote en un día de celebración y con mucho significado para los mexicanos.

Les recordó que todo ser humano atraviesa por situaciones fáciles y difíciles, alegres o desoladoras; sin embargo, todas éstas son transitorias. En referencia a su situación, afirmó que “quizá el venir a un reclusorio, justa o injustamente, es una situación de desolación, de desesperanza. Pero siempre tengan en mente que no es eterna, que siempre debe estar abierta la puerta a su corazón de recuperar su libertad”.

Alguna internas se encontraban acompañadas de sus hijos, hermanas y algunas cuantas tenía la dicha de contar con la presencia de sus mamás. En el caso de Rocío N, quién cumple una condena de 10 años por secuestro, sus tres hijos no asistieron y, con lagrimas en los ojos, aún recuerda con dolor y tristeza a su mamá, quien murió hace ocho años.

Otro caso es el de Ana N, quién cumple una condena de ocho años por robo, ella tiene una niña de cuatro años, la cual está al cuidado de su abuela.

Al término de su visita, el cardenal regaló evangeliarios a las reclusas; repartió imágenes de la Virgen de Guadalupe que él mismo bendijo, y les dio rosas que fueron llevadas por el Jefe de Gobierno capitalino, José Ramón Amieva.

Ustedes aman a sus hijos, no porque el hijo les pague un peso; el amor de Dios así es. Aunque nuestra conducta haya sido fallida, Dios no nos deja de amar, porque somos sus hijos

Carlos Aguiar Retes
Arzobispo primado de México

 

 

 

JNO