Sus críticos dirán cuanto quieran.

El empresariado podrá rasgarse las vestiduras.

Publicar uno o mil desplegados.

Exhibir su intolerancia con buenos y razonables argumentos.

Y hasta llamarle un inminente peligro para México.

O simplemente un peligro para México, como lo llamó el publicista español Antonio Solá en 2006 porque no ha dejado de serlo en 12 años y tres campañas presidenciales.

A Andrés Manuel López lo tiene sin cuidado.

Sus propias encuestas le dan la razón.

Todas sus acciones y declaraciones, para algunos simples puntadas de un hombre sin quicio ni proyecto, tienen un sentido pragmático y le han dado resultado.

Pasó con su oposición a todas las reformas estructurales.

Con su promesa de cancelar el nuevo aeropuerto y la ocurrencia inviable de sustituirlo con la base militar de Santa Lucía.

A cada polémica agrega encuestas para uso interno y con todas crece mientras sus contrincantes, en especial el panista Ricardo Anaya y el priista José Antonio Meade, se estancan.

SLIM Y EL CCE LE MULTIPLICAN SIMPATÍAS
Es el caso de su confrontación actual.

Entendible.

Su base política nació con sus críticas a algo tan etéreo como la mafia del poder, donde ubica al ex presidente Carlos Salinas, al empresario Claudio X. González, al panista Diego Fernández de Cevallos

De tanto en tanto aumenta la lista.

Así han entrado Enrique Peña, Vicente Fox y muchos más.

Sus adoradores –llamarles seguidores es racionalizar su voto- no entienden razones y entronizan al tabasqueño como el dios tropical encargado de redimir al país de su situación actual.

Ahora, cuando el CCE de Juan Carlos Castañón ha aglutinado la expresión de cientos de organizaciones, López sonríe con optimismo.

Desde su enfrentamiento con Carlos Slim, quien defendió en conferencia de prensa el 16 de abril la construcción del nuevo aeropuerto, se ha dedicado a estudiar la opinión popular sobre el empresariado.

-Si es negocio, que lo construya con su dinero, con dinero público –refutó el de Macuspana.

López midió reacciones y concluyó: eso le reditúa puntos.

Si enfrenta a todos los poderosos, del gobierno o del sector privado, es la ruta a seguir con una acotación discursiva: no estamos contra los buenos empresarios, sino contra los expoliadores del pueblo y blablablá.
Eso sí, él dirá cuáles son los buenos.

Por ahí seguirá.

Le han fortalecido su campaña, su penetración, sus posibilidades de victoria.

Conclusión suya.

RENÉ JUÁREZ: HORA DE DEFINICIONES
René Juárez Cisneros se enfrenta al momento de definiciones.

No tiene mucho tiempo.

O actúa de inmediato o su presidencia en el PRI será testimonial.

En la urgencia ha dado el primer paso: aglutinar legisladores, gobernadores, dirigentes estatales y candidatos a cargos importantes para las votaciones del 1 de julio.

Pero no basta.

Debe designar operadores efectivos, probados, en las cinco circunscripciones, en los estados, en los municipios y hasta en los seccionales, como prometió al asumir el cargo la semana pasada.

Todo lo no hecho en tiempos de Enrique Ochoa y parte de la causa por la cual José Antonio Meade se rezaga en una contienda donde ya saben quién ha aprovechado ese vacío.

Pero ¿tendrá Juárez Cisneros la autonomía para actuar?

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.