Un ranking de pilotos es como un debate presidencial. Básicamente te dice lo mismo que ya sabías de cada quien, pero permite contrastar alguna que otra debilidad que aparecen desde un enfoque nuevo, quizá más personal.

Los pilotos de Fórmula 1 con mejores resultados ¿Deben ser los punteros forzosamente?, o ¿La parte acumulativa nos debe imponer sorpresas?

Es difícil ponerse de acuerdo, ya que todo lo pasamos por el tamiz de la subjetividad. Por ejemplo: habrá quien le guste más el piloto que se impone a la circunstancia de un fin de semana completo, y hay también para quien vale más la efectividad del conjunto de apariciones. Es mirar desde un ángulo diferente de la marmórea solidez del campeonato.

Lo cierto es que después de tres carreras con actividad de esta modalidad casi anónima de “ordenar” las cualidades de los pilotos, la Fórmula 1 estableció un nuevo punto de conversación y de ahí nos tomamos para opinar.

En la última entrega, tras el Gran Premio de China, aparecen fulgurantes ascensos en la clasificación, como el de Vettel, desdeñado ganador de las dos primeras paradas y marginado de la punta injustamente en el GP australiano.

También el milagro de Alonso que fue colocado en segundo lugar de la lista, gracias a su operación en alto nivel, calificando por encima de las cualidades del McLaren. De lo que no hay duda, con un avance de seis plazas, promovido por fallas de los Force India, para comenzar, y el rebase a un Vettel herido ya en el cierre de la carrera en Shanghái.

Pero también el mínimo desplazamiento de Magnussen, que no encontró la misma firmeza de las carreras anteriores, y qué decir de la consistencia otorgada a Ericsson, quien terminó 16 en China sin hacer brillar mucho los colores de Alfa Romeo.

Me parece que a cambio de todo esto tuvimos muy poco premio para Ricciardo, cuyo balance suma un cuarto puesto y un triunfo, sin reparar que hizo uno de los fines de semana más difíciles de los últimos años con la falla de motor en la práctica tres; Riciardo está clasificado en cuarto puesto detrás de Magnussen.

O el premio insípido a los segundos pilotos de las escuderías grandes como Raikkonen que desde mi punto de vista, merecía coronar el Gran Premio chino tanto como el vencedor por su calificación y ritmo impresionante que Ferrari sacrificó.

E incluso Bottas que trabajó, ahora sí, a la altura de la competencia y estuvo por primera ocasión en la temporada en el papel protagónico de Mercedes dando alcance a los Ferrari que, evidentemente, han sido mejores en los tres eventos que llevamos.

Con quien no hay demasiado punto de discusión es con Hamilton, ya que Lewis fue colocado en el sexto sitio del escalafón. No ha ganado, ha batallado y se mantiene arriba en el campeonato gracias a dos pódiums en las dos carreras de arranque. Volvió a perder con Bottas en qualy, y eso nos pone a todos de acuerdo. Necesitamos un campeón invencible para animarnos a ponerlo en el tope de la repisa.

Y de acuerdo a los organizadores, la modalidad de “jerarquizar” a los pilotos de la actual temporada fuera del campeonato, se refrescará cada tres carreras de modo que en Azerbaiyán, España y Mónaco podríamos ver la posibilidad de ver a Checo Pérez ingresar al club del top 10. Aunque se ve remota, es una posibilidad.

 

 

JNO