Ayer se realizó el debate entre los aspirantes a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y el domingo próximo será el de los candidatos a la Presidencia de la República en un ejercicio que, poco a poco, gana dinamismo y refleja la realidad de la cruenta confrontación política que vive México.

Con el comienzo de los debates se hizo evidente la cultura de la simulación y la doble moral de la clase política mexicana. Se trataba de ejercicios verdaderamente prescindibles en lo que se daba una triste exposición por parte de los candidatos sin diálogo o réplicas.

Poco a poco se fueron haciendo menos acartonados y sosos gracias a que las condiciones de competencia se volvieron más equitativas y nos pusimos a escuchar cuestionamientos y ataques que le fueron agregando dinamismo a estos ejercicios.

Hoy seremos testigos de un avance más en los formatos de los debates presidenciales gracias a una acertada planeación del Instituto Nacional Electoral, y el que en esta ocasión los partidos aceptaron que su presentación sea más dinámica y atractiva para el electorado.

También son buenas noticias para los periodistas, que como representantes de los medios de comunicación dejarán de jugar el papel de edecanes de lujo dedicados a dar la palabra a los señores del poder; ahora les tocará llevar la visión crítica e informada de la sociedad mexicana frente a su clase política, y afianzándose así como elementos fundamentales de la democracia.

A diferencia de países con una larga tradición en los debates electorales, los periodistas mexicanos por primera vez desde que se abrieron estos ejercicios podrán cuestionar a los candidatos presidenciales en un gesto institucional del respeto y protección a la libertad de expresión.

Por desgracia, la cultura democrática no se ha desarrollado ampliamente en México, y mucho menos en su clase política, pues candidatos, gobernantes y funcionarios por igual pretenden acusar de sesgados o partidistas a los periodistas que con toda libertad expresan críticas en sus respectivos medios a su ejercicio de gobierno y propuestas electorales, como es el caso del ex priista y hoy independiente Jaime Rodrigez Calderón el Bronco.

El caso es que veremos por primera vez a quienes quieren gobernar a México, y será una posibilidad de apreciarlos de cuerpo entero con todas sus habilidades, posibilidades, grandezas y pequeñeces, así que hay que ponerle un ojo a los debates para ir definiendo por quién votar este próximo domingo 1 de julio.