Foto: Gabriela Esquivel SITIADOS. Al término del debate, los siete candidatos a la Jefatura de Gobierno ofrecieron conferencias al mismo tiempo. Más de 300 comunicadores asistieron.  

Más de 300 comunicadores, entre camarógrafos, fotógrafos y reporteros, se dieron cita en las instalaciones de Canal 11 para ser testigos de las propuestas de los candidatos a encabezar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. También hubo invitados especiales apartados en un vestíbulo a lado de la sala habilitada para los representantes de los medios de comunicación.

Ninguno de los aspirantes ingresó por la puerta de atrás, todos pasaron frente a las cámaras para la foto. El pulgar arriba fue el común de los candidatos.

Lorena Osornio, la única candidata sin partido, llegó a las instalaciones de Canal 11 a pie, y el parpadeo excesivo reveló su inexperiencia ante las cámaras y, más tarde, acompañaron los resabalones que tuvo en las respuestas que dio en el debate; por ejemplo, planear que no permitirá la cero corrupción.

El resto de los abanderados llegó al Casco de Santo Tomás en auto. Notable la diferencia entre el Tiida de Marco Rascón, del Partido Humanista; el Mini Cooper S en el que llegó Purificación Carpinteyro, de Nueva Alianza; y la camioneta Xtrail de Alejandra Barrales, de la coalición Por la Ciudad de México al Frente.

Las diferencias también fueron en la vestimenta. Cualquiera esperaría ver a los candidatos de partido con algún color distintivo; pero no fue así. Rascón no llevó nada violeta en su atuendo, él fue el más sencillo, con un pantalón de mezclilla y una camisa blanca.

Barrales tampoco portó nada amarillo o azul,  Mikel Arriola no tuvo ni en la corbata algo tricolor, si quiera rojo; y Mariana Boy se contuvo a un verde brillante del PVEM y optó por una prenda de color verde olivo.

Carpinteyro fue la única fiel al instituto político que representa: su camisa turquesa asomada del saco negro no dejaba dudas de que ella era de Nueva Alianza.

Ya en el intercambio de ideas, la experiencia se impuso. Una Barrales sin titubeos, remembró su trayectoria, se presentó como la política que comenzó a los 18 años y como la madre de Máxima, a quien no se le vio acompañándola este día.

El historiador de la noche fue Marco Rascón, con sus explicaciones remontadas al tiempo de los regentes. En el tiempo que tenía disponible para dar sus propuestas,  prefirió en varias ocasiones, ocuparlo para atacar al candidato del PRI, quien irónicamente se dijo halagado por la atención. “Seguramente alguien lo mandó a atacarme”, dijo Arriola al término del debate.

Cada uno ocupaba su bolsa de tiempo, veían a las cámaras y trataban de convencer con sus gesticulaciones y manos, menos Osornio, la independiente fue la que menos ocupó su tiempo y la única que se sentaba cada vez que terminaba alguna intervención, como para respirar de la tensión que le provocó el primer debate.

 

6 horas (al cierre de esta edición) se mantuvo #DebateChilango como principal trendig topic de México en Twitter.

202 mil personas observaron el debate a través de la cuenta de Twitter del Instituto Electoral local, @iecm.

 

JNO