Foto: @belkiswille/Twitter Entre los más de 300 sentenciados a muerte están 103 ciudadanos extranjeros, incluidos seis originarios de Turquía, y siete mujeres, entre ellas una alemana, declarada en enero pasado culpable de pertenecer al EI, mientras que una mujer francesa fue condenada a cadena perpetua  

Más de 300 detenidos, entre ellos decenas de extranjeros y siete mujeres, han sido condenados a muerte en lo que va de este año en Irak por sus presuntos vínculos con el grupo extremista Estado Islámico (EI), revelaron hoy fuentes judiciales.

 

En un comunicado, el portavoz del Consejo Supremo Iraquí, Abdul Sattar al-Birqdar, explicó que la condenas han sido dictadas por el tribunal de Tel Keif, en la provincia de Níneve, cerca de la norteña Mosul, y por un Tribunal Federal de Bagdad.

 

“Se ha demostrado que llevaron a cabo acciones criminales en audiencias públicas llevadas a cabo de conformidad con la ley durante la cual se garantizaron los derechos de los convictos”, subrayó Sattar al-Birqdar, según un reporte del sitio Kurdistan 24 (K24).

 

Entre los más de 300 sentenciados a muerte están 103 ciudadanos extranjeros, incluidos seis originarios de Turquía, y siete mujeres, entre ellas una alemana, declarada en enero pasado culpable de pertenecer al EI, mientras que una mujer francesa fue condenada a cadena perpetua.

 

El aumento de las ejecuciones en el país islámico ha llevado a la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (UNAMI, por sus siglas en inglés, a la Unión Europea (UE) y a grupos internacionales de derechos humanos emitir críticas contra Irak por la falta de transparencia en sus tribunales.

 

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) denunció el lunes pasado en un comunicado que el Ministerio de Justicia de Irak ejecutó de manera reciente a 11 personas declaradas culpables de cargos de terrorismo.

 

“Estas ejecuciones siguen juicios apresurados de sospechosos del EI que están plagados de violaciones del debido proceso, incluidas las condenas basadas únicamente en confesiones que a veces se extraen mediante tortura”, afirmó el representante de HRW en Irak, Belkis Wille.

 

La pena de muerte en Irak fue suspendida el 10 de junio de 2003, pero se restableció el año siguiente, con graves fallas en el sistema de justicia penal, basado en confesiones y torturas, que son un uso rutinario para extraer confesiones, según la organización no gubernamental.

 

“El mal manejo de Irak de los juicios del Estado Islámico no solo niega a las víctimas la justicia real, sino que también corre el riesgo de enviar a la muerte a iraquíes inocentes”, apuntó el representante de HRW.

 

TFA