Celebré aquí la entrada del economista Gerardo Esquivel al equipo de asesores de AMLO. Mis razones: aunque no comparto su fe en el proyecto del tabasqueño, todo lo contrario, me da tranquilidad saber que Morena también tiene cerca a personas preparadas y dialogantes. Son esas mismas razones las que me llevan a celebrar algunos de los 16 fichajes de Claudia Scheinbaum, probable nueva jefa de Gobierno de esta ciudad, que permiten vislumbrar, confío en que no muy optimistamente, una manera de gobernar que honre la tradición libre y respetuosa que mal que bien hemos construido los chilangos, lejos de oscurantismos de izquierdas y derechas.

Caso aparte es el de Marta Lamas, cuya cercanía a la Scheinbaum aplaudo con pleno entusiasmo. Es una persona brillante, mesurada, con una bibliografía que ya quisiéramos todos y con una trayectoria impecable tanto en los medios y la academia, como en la defensa de los derechos humanos en general y de las mujeres en particular.

Aplaudo igualmente que esté en esos campos de batalla Paco Ignacio Taibo II. Disentimos políticamente en una buena cantidad de asuntos, pero, de entrada, no solo celebro sino que admiro su voluntad incansable para promover la cultura y sobre todo la lectura. Eso no es todo. Del uso compartido de los espacios comunes al respeto por las diferencias sexuales, PITII apoya una agenda de izquierdas muy siglo XXI que, como vienen las cosas, va a quedar básicamente cancelada en el país. Esto le va a provocar urticaria, pero una agenda, a fin de cuentas, bastante liberal.

Celebro también que se asesoren a Scheinbaum Andrés Lajous y José Merino, miembros de Democracia Deliberada, ese think tank de izquierdas tan, la neta, palmariamente sesgado hacia el obradorismo, por el que ya alguna vez pidieron el voto aunque haciendo eso, votos, de un temple crítico no tan evidente. Les he discutido la que a mí me parece una fe inquebrantable en el jefe de Morena que no se compadece con muchos de sus principios. Sin embargo, me parece sano que asuman públicamente un compromiso así. Es encomiable correr el riesgo de tener certezas y manifestarlas, y suspender una buena carrera académica y mediática para trabajar por los demás, por una causa. Creo que es su caso, como creo que se equivocan. Pero es bueno tenerlos ahí. Si de veras los escuchan, si logran incidir, el oscurantismo del Morena que no los asustó, el que justificaron en mi opinión hasta extremos imposibles de comprar, a pesar de Encuentro Social y de las “consultas”, pueden ayudar a que esta ciudad, otra vez, sea una excepción en un país que, insisto, no tiene un buen pronóstico.

 

 

 

JNO