Para concientizar a la población acerca de la importancia de las áreas verdes en la Ciudad de México, la Fundación Mexicana del Árbol llevará a cabo el lunes 9 de abril, la cuarta Semana del Árbol en la Biblioteca Vasconcelos, ubicada en la colonia Buenavista.

La temática estará dedicada a dos especies en particular: el pino y el encino, cuyos bosques mixtos se extienden desde el sur de Estados Unidos hasta Nicaragua, y ocupan un gran territorio de la Sierra Madre Oriental en México.

De acuerdo con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la CDMX (PAOT), en julio del año pasado, las denuncias ciudadanas relacionadas con las áreas verdes urbanas ocuparon el cuarto puesto en incidencia, llegando a ocupar hasta el tercer lugar en fechas anteriores; entre los delitos destacan la poda excesiva, árboles en riesgo, derribos sin permiso, zonas selladas por pavimento, la eliminación de jardineras y vegetación en espacios públicos son los casos más comunes.

La semana dará inicio a las 12:00 horas con múltiples actividades hasta el 14 de abril. Se exhibirán las fotografías ganadoras del Concurso Centinelas del Tiempo 2017: competencia en la que los protagonistas son árboles originarios de México que se consideran especialmente majestuosos, ya sea por su historia, belleza o antigüedad.

Según la Secretaría del Medio Ambiente, más de la mitad del territorio de la CDMX es considerado Suelo de Conservación: zonas de distintos tipos de ecosistemas, como bosques y humedales, con diferentes grados de conservación. Algunas de las delegaciones que concentran dichas zonas son Tlalpan, Magdalena Contreras, Milpa Alta y Tláhuac, donde se realizan actividades agropecuarias o de ecoturismo.

La PAOT estima que alrededor del 18% de todas las áreas verdes de la CDMX corresponden a áreas verdes en suelo urbano, donde juegan un rol clave. Entre los muchos otros beneficios que los árboles aportan a las más de 12 millones de personas que conviven diariamente en la ciudad (entre arboledas, parques, zonas deportivas, etc.), se encuentran: regulación del clima y reducción de las llamas “islas de calor”, generación de oxígeno y reducción de la contaminación en el aire, detención de partículas suspendidas y la disminución de los niveles de ruido.

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