Foto: Daniel Perales Visitas. Especies que habitaron la Tierra hace miles de años o los ecosistemas de México puedes conocer en este recinto  

¿Que la ardilla y el conejo son los primos más cercanos al ser humano, después de los primates? Pareciera una afirmación digna de una película de Guillermo del Toro o una ocurrencia de alguien con una imaginación descontrolada; pero no, es tan cierto como la existencia de los dinosaurios hace 70 millones de años.

No es imposible hacer una visita a ese pasado de los dientes de sable, los trilobites y los perezosos gigantes. Figuras casi reales de cómo se vieron decenas de especies que habitaron la Tierra en la prehistoria se encuentran en el Museo de Historia Natural, en las tres bóvedas rehabilitadas que están abiertas al público desde el 20 de marzo pasado, representando una opción para visitar en temporada vacacional.

Los trabajos del recinto, ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, contaron con una inversión pública de 210 millones de pesos y 20 más de aportaciones del fideicomiso del Museo Historia Natural. Con dichos recursos, se renovaron las tres áreas bajo las temáticas Evolución de los Seres Vivos, Diversidad Biológica y México Megadiverso.

Abraham Israel Hernández, biólogo y asesor educativo del museo, se encarga de dar las visitas guiadas. Comienza el recorrido en la bóveda llamada Evolución de los Seres Vivos, donde se encuentra un esqueleto de dinosaurio cuello largo, con 27 metros de cabeza a cola, que sirve para ejemplificar cómo las especies se han adaptado a su entorno.

También hay claraboyas instaladas en el piso con fósiles. Los visitantes pueden conocer a los trilobites, una clase de artrópodos extintos que bien pueden ser comparados con cucarachas gigantes, de hecho son sus primos; también hay conchas en forma de barquillos de helado y muestras de peces de gran tamaño.

La bóveda de Diversidad Biológica permite viajar y conectar especies con sus ancestros. En esta área, los visitantes tienen nuevas herramientas interactivas, en las que conocerán las relaciones que tienen las especies entre sí.

La bóveda de México Megadiverso se distribuye en dos áreas: en una se encuentra el laboratorio de observación de colecciones científicas, así como escenarios ambientados en algún ecosistema de México, con proyecciones de animales y muros interactivos sobre especies en peligro de extinción.

En la otra área hay espacios de proyección de lugares de difícil acceso para el hombre, como cuevas de murciélagos y dioramas de áreas protegidas con los principales ecosistemas acuáticos y terrestres.

Abraham consideró que las exposiciones son una pequeña muestra de lo que aún existe en el planeta. En ese sentido, el papel del Museo de Historia Natural es generar la conciencia de chicos y grandes sobre el papel que juega el ser humano en la protección de las especies que luchas por sobrevivir.

Número
40 visitas guiadas a la semana tiene aproximadamente el museo, muchas de ellas con motivos escolares.

 

 

JNO