Los gobiernos de Rusia, Japón, Corea del Sur, China y Australia descartaron ayer cambios en la política exterior de Estados Unidos con el reciente despido Rex Tillerson como secretario de Estado y la llegada al cargo de Mike Pompeo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la víspera que el secretario de Estado, Rex Tillerson había sido despedido y que Michael Pompeo, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), lo reemplazaría.
La decisión tomó por sorpresa a la comunidad internacional, que reaccionó con cautela ante la salida de Tillerson de la jefatura de la diplomacia estadunidense por los posibles cambios que Estados Unidos pueda tener en su política exterior, principalmente lo concerniente con Corea del Norte.
El gobierno de Rusia expresó este miércoles su esperanza de que la partida de Tillerson conduzca a un diálogo más “constructivo”.
En un comunicado, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, descartó que los lazos entre los dos países puedan empeorar.
“En cualquier caso, por supuesto, sigue existiendo la esperanza de un enfoque constructivo y serio para las relaciones bilaterales.
El gobierno japonés, por su parte, descartó cualquier impacto negativo tras el despido de Tillerson como secretario de Estado, tanto en sus relaciones bilaterales, como en temas de interés común, como el futuro de la desnuclearización de Corea del Norte.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lu Kang, dijo que China espera que el cambio en el personal de la Secretaría de Estado no afecte el desarrollo de las relaciones y áreas importantes de cooperación, mientras que la cancillería de Corea del Sur confió en que su relación se mantendrá intacta.
PARA ECONOMIA
Larry Kudlow, nuevo asesor
El presidente Donald Trump nombró a Larry Kudlow como su nuevo director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, en sustitución de Gary Cohn, quien renunció por estar en desacuerdo con la polémica aplicación de aranceles al acero y aluminio, confirmó ayer la Casa Blanca.
Kudlow, ex banquero de Wall Street y habitual comentarista televisivo, es un defensor del libre comercio, por lo que puede marcar distancias respecto a la agenda proteccionista de Trump, aunque recientemente aseguró que los aranceles son una estrategia negociadora.
Trabajó en la década de 1980 en la Casa Blanca durante el primer mandato del presidente Ronald Reagan (1981-1985).
JNO