Foto: Twitter @poliziadistato La investigación dio inicio en 2013 gracias al testimonio de una mujer que logró zafarse de la organización y que la denunció por haber dañado la salud de muchas personas y lucrarse económicamente a costa de sus seguidores  

Roma.- La policía italiana desmanteló hoy una “secta” que reducía a sus adeptos a una situación de “esclavitud psicológica” mediante el aislamiento y el rígido control de su alimentación, basada en la dieta macrobiótica.

 

Un total de cuatro personas, entre ellas el líder, que se hacía llamar “El Maestro”, están siendo investigadas por los delitos de asociación criminal con el agravante de esclavitud, maltratos, lesiones y evasión fiscal, según un comunicado.

 

La policía asegura que se trataba de una “auténtica secta” con una organización piramidal que operaba en las regiones de Las Marcas y Emilia Romagna (centro-norte) y que “reducía a la esclavitud psicológica a sus adeptos controlando rígidamente su alimentación y negándoles todo contacto con el mundo exterior”.

 

La investigación dio inicio en 2013 gracias al testimonio de una mujer que logró zafarse de la organización y que la denunció por haber dañado la salud de muchas personas y lucrarse económicamente a costa de sus seguidores.

 

Todo comenzaba, explica la policía, cuando una persona con problemas emotivos se acercaba a una tienda sobre dieta macrobiótica bajo su control, donde daba inicio el adoctrinamiento, ya que se les convencía de los beneficios milagrosos de esa alimentación.

 

El líder convencía a sus seguidores de que con sus instrucciones alimentarias podría curar cualquier tipo de enfermedad y, una vez atraídos, les manipulaba para gestionar toda su vida, enriqueciéndose con su explotación laboral.

 

Cada uno de los adeptos debía abandonar su propio trabajo, repudiar su vida precedente y trabajar para la asociación durante muchas horas, en el mejor de los casos, mal pagadas.

 

La policía ha registrado flujos de dinero hacia cincuenta cuentas bancarias diferentes en manos de la secta y a las que llegaban las “ofertas” impuestas a los seguidores, que en caso de negarse a pagar eran expulsados y rechazados por toda la comunidad.

 

Algunos de los repudiados han narrado que, una vez fuera de la organización, tras abandonar su trabajo y a sus familias, se hallaron en situaciones “muy difíciles, de desesperación y aislamiento”.

 

La policía asegura que cuenta con los testimonios de varias víctimas, como el caso de una niña que se quedó sorda a causa de una otitis no curada, ya que los padres habían decidido no usar fármacos siguiendo las indicaciones del “gurú”, según recogen los medios.

 

 

fahl