WASHINGTON.- Los líderes demócratas en el Congreso de EU se negaron ayer a acudir a una reunión con el presidente Donald Trump, lo que puso en jaque unas cruciales negociaciones presupuestarias para evitar un cierre del Gobierno dentro de 10 días, mientras la reforma fiscal avanzaba en el Senado.

 

Un tuit matutino de Trump inició un enfrentamiento que culminó con el presidente sentado en una mesa entre dos sillas vacías, para ilustrar la negativa de los líderes de la minoría demócrata en el Senado y la Cámara de Representantes de EU, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, respectivamente, a reunirse con él en la Casa Blanca.

 

“Hoy me reúno con ‘Chuck y Nancy’ para mantener el Gobierno abierto y operativo. El problema es que ellos quieren inmigrantes ilegales inundando nuestro país sin control, son débiles en (materia de) criminalidad y quieren SUBIR los impuestos sustancialmente. ¡No veo un acuerdo!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.

 

Unas horas más tarde, Pelosi y Schumer emitieron un comunicado conjunto en el que anunciaban que no acudirían a la reunión programada para esa tarde en la Casa Blanca.

 

Schumer y Pelosi pidieron a los líderes republicanos en el Senado y la Cámara de Representantes, Mitch McConnell y Paul Ryan, respectivamente, que se reunieran con ellos para llegar a un acuerdo sin Trump, pero los legisladores conservadores desoyeron su solicitud y acudieron en cambio al encuentro en la Casa Blanca.

 

El objetivo de la reunión era acercar posturas para llegar a un acuerdo presupuestario antes del 8 de diciembre, cuando expiran los fondos actuales para el Gobierno federal, y evitar así que la Administración tenga que paralizar sus actividades por falta de financiación.

 

También se esperaba que los demócratas exigieran a Trump una solución para 800 mil dreamers, dado que está previsto que en marzo desaparezca el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que los protege de la deportación.

 

Trump condenó la decisión de los demócratas de faltar a la cita, aunque aseguró que no estaba “muy sorprendido” porque tiene “muchas diferencias” con ellos.

 

El presidente confió en que los líderes demócratas cambien de opinión y accedan a hablar pronto con él y destacó que, si el Gobierno acaba cerrando por falta de fondos, eso será “absolutamente culpa” de la oposición.

 

En tanto, el Comité de Presupuesto del Senado aprobó ayer su proyecto de reforma fiscal con 12 votos republicanos a favor y 11 votos demócratas en contra, lo que allana el camino para una votación en el pleno del Senado que podría producirse a finales de esta semana.

 

La Cámara Baja ya aprobó este mes su versión de la reforma, por lo que si el Senado da su visto bueno, solo quedaría compaginar ambas versiones antes de mandarlo a Trump para su firma.

 

No obstante, la estrecha mayoría de los republicanos en el Senado podría complicar la aprobación del proyecto.

 

 

Contrató a indocumentados

Donald Trump pagó 1.4 millones de dólares en 1998 para resolver una demanda colectiva que acusaba al ahora presidente estadunidense de contratar a inmigrantes polacos indocumentados para demoler un edificio donde sería erigida su torre insignia en Nueva York.

 

De acuerdo con documentos de la corte federal de Nueva York difundidos esta semana, la demanda fue interpuesta por el sindicato de trabajadores de la construcción, que argumentó que sus representados habían sido afectados por la decisión de Trump de contratar a inmigrantes que se encontraban de manera ilegal en el país.

 

Los documentos de la corte revelaron que en 1980 Trump empleó a 200 trabajadores polacos indocumentados para que trabajaran en turnos de 12 horas, sin guantes, cascos ni máscaras, para demoler una antigua tienda departamental.

 

Lainformación se hizo pública esta semana después de que una juez liberó documentos de conciliación previamente sellados en respuesta a una moción de transparencia presentada por la revista Time y el Comité de Reporteros para la Libertad de Prensa.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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