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El pleno del Senado ratificó hoy el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, el pasado 7 de julio, con lo que México se convirtió en el cuarto país en sumarse a ese mecanismo.

Este instrumento, ratificado por los senadores con 80 votos en favor, cero en contra y cero abstenciones, compromete a las naciones firmantes a no desarrollar, adquirir, almacenar, usar o amenazar con usar armas nucleares u otros dispositivos explosivos atómicos.

El Tratado entrará en vigor una vez que 50 naciones lo hayan ratificado. Hasta ahora solo lo han hecho Guyana, Tailandia y Ciudad del Vaticano, además de México.

La ONU ha llamado a las naciones a su adopción tras el rechazo de los cinco integrantes permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido.

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores-Organismos Internacionales del Senado, Laura Angélica Rojas, destacó que el instrumento sustenta los esfuerzos para erradicar el empleo de armas de destrucción masiva.

Recordó que la ONU trabaja en favor de los tratados de armas nucleares desde la década de 1960 para evitar crisis de misiles como la registrada en Cuba, derivada del conflicto entre este país, la hoy extinta Unión Soviética y Estados Unidos.

El presidente de la Comisión de Defensa Nacional, Fernando Torres Graciano, indicó que México ha destacado en la política internacional al mantenerse firme en su postura por erradicar el armamentismo que atenta contra la humanidad.

Consideró que, en lugar de existir resistencias para el desarme nuclear, los gobiernos debieran impulsar programas para atender problemas más importantes en el mundo, como la pobreza y el hambre.

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores-América del Norte, Marcela Guerra, subrayó que el documento de la ONU contiene las propuestas de organizaciones de la sociedad civil y de los gobiernos firmantes del mismo.

México, recordó, es pionero en la promoción del desarme nuclear con el Tratado de Tlatelolco, con el que se buscó evitar más tragedias como la de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que sufrieron sendos bombardeos atómicos por parte de Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

JMSJ