SAN DIEGO.- Una delegación de cinco congresistas estadounidenses visitó hoy la casa de asistencia para veteranos deportados en Tijuana, México, para conocer de cerca sus historias y evaluar la posibilidad de que reciban los servicios médicos a los cuales tienen derecho por el tiempo que pasaron en la milicia.

 


Representando al Comité de Asuntos del Veterano de la Cámara de Representantes federal, participaron en la visita los congresistas por California, Mark Takano, Jose Luis “Lou” Correa y Norma Judith Torres, así como Kathleen Maura Rice por Nueva York y Gregorio Kilili Camancho Sablan por las Islas Marianas del Norte.


Tras recorrer el “bunker”, como se le conoce a la casa de apoyo de veteranos, el grupo de legisladores escuchó uno a uno los testimonios de decenas de veteranos que tras haber servido en las fuerzas armadas fueron deportados por incurrir en alguna ofensa.


Si bien la petición es que se encuentre una vía para que puedan regresar a Estados Unidos, por ahora la prioridad es la de darles acceso a servicios de salud fuera del país, señaló Héctor Barajas, director del grupo de veteranos deportados.


“Ahorita (estamos pidiendo) los beneficios, porque para que cambien las leyes (para regresar a Estados Unidos) va a tomar mucho tiempo”, confesó a EFE Barajas, quien fue paracaidista del Ejército de 1995 a 1999.

 

DENUNCIAS


En anteriores ocasiones, los veteranos deportados denunciaron que en los últimos cinco años, diez excombatientes han fallecido debido a que no obtuvieron el tratamiento médico adecuado.


Además, muchos de los veteranos requieren atención psicológica por estrés postraumático, tratamiento que no han podido recibir en México.


Los integrantes del Comité de Asuntos del Veterano señalaron que están buscando una solución legislativa para darles la posibilidad de recibir sus beneficios médicos fuera del país.


“Lo más importante es darles acceso médico”, dijo a Efe la congresista por California, Norma Torres, de origen guatemalteco.


“Tenemos muchas iniciativas para tratar de ayudarlos: primero parar las deportaciones de veteranos y segundo tratar de darles un perdón. ¡A ver cómo podemos ayudarlos a regresar!”, subrayó.


La casa de apoyo al veterano en Tijuana tiene registro de 144 excombatientes que ahora viven en México, aunque creen que son “miles” los veteranos que han sido deportados a diferentes países.


Hasta la fecha, las autoridades estadounidenses no cuentan con una base de datos que precise el número exacto de veteranos deportados.


Un estudio anterior de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) estimó que en 2016 había más de 300.000 veteranos no nacidos en el país que vivían en Estados Unidos, de los cuales, cerca de 97.000 no tenían la ciudadanía.


El reporte publicado el año pasado denunció que se les hizo creer a los veteranos que obtendrían la ciudadanía de manera automática, cuando en realidad debían hacerlo a través del proceso de solicitud.


La visita de este viernes fue la segunda que realizan congresistas a la casa de apoyo para veteranos deportados, ya que en junio pasado fueron los legisladores Joaquín Castro (Texas), Michelle Luján (Nuevo México), Vicente González (Texas), Raúl Grijalva (Arizona), Lou Correa, Juan Vargas y Nanette Díaz Barragán (California).

DCA