Los lamentables hechos que hemos podido observar en varias regiones del país, producto del temblor del jueves pasado que tuvo una intensidad de 8.2 grados, han dado muestra de la solidaridad de la gente y del esfuerzo que están haciendo instituciones como la del Ejército mexicano.

 

Por años hemos visto que ante un desastre natural o una emergencia, el Ejército opera de manera rápida en auxilio de la población; de forma inmediata todos sabemos que ante una tragedia el Ejército habilita el llamado Plan DN-III-E.

 

Un plan que funciona de manera impecable. Muchas críticas podrá haber de la labor del Ejército en materia de seguridad y de la necesidad que tienen los militares de contar con una ley nacional de seguridad que los regule, pero lo cierto es que cuando no podemos emitir crítica es en el momento en que operan en casos de emergencia a favor de la población.

 

Tan sólo este fin de semana, la Secretaría de la Defensa Nacional desplegó en estos tres estados -Oaxaca, Chiapas y Tabasco- a tres mil 265 soldados para aplicar el Plan DN-III-E, logrando la evacuación de mil 300 personas, las cuales han sido trasladadas a albergues. Asimismo, en 11 albergues localizados en seis municipios del estado de Chiapas y uno de Oaxaca se encuentran alojadas mil 641 personas a quienes se les han proporcionado seis mil 127 comidas calientes.

 

De igual forma, se han realizado ocho vuelos en aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, en los que se han transportado a Ixtepec, Oaxaca, dos mil despensas, 30 toneladas de víveres y 23 mil litros de agua, en espera de que hoy sean recibidas y trasladadas 30 toneladas más de víveres y despensas, así como 20 mil litros de agua.

 

Sin duda, este programa ha servido porque siempre se ha elaborado un plan de prevención en el cual se tengan recursos. Pero ante dicho escenario habrá que investigar qué pasaron con diversos recursos que se aplicarían en Oaxaca durante la administración del ex gobernador de Oaxaca, Gabino Cué.

 

Si bien los fenómenos naturales como los sismos no se pueden predecir, sí se pueden tomar medidas para prevenirlos; en Juchitán parece que nunca hubo tales medidas en diversas regiones de Oaxaca.

 

Se habla que durante la administración de Gabino Cué hubo diversos desvíos de recursos, y algunos de ellos están enfocados al sector salud y al de prevención de desastres naturales. Por ello sería bueno investigar que pasó, por ejemplo, con el programa de la red sísmica mexicana; al menos a Oaxaca habían llegado más de seis mil alarmas sísmicas, pero en Juchitán, la población refiere que no había ninguna.

 

También habría que preguntar en cuántas ocasiones los funcionarios de Protección Civil del Gobierno de Oaxaca checaron las condiciones de los edificios y estructuras de las distintas regiones del estado.

 

Por meses, Cué presumió de los programas de prevención y tuvo la suerte de que no hubiese ningún desastre natural, pero parte de lo que ocurrió se debe a que no se aplicaron las medidas preventivas necesarias para evitar desastres y muertes como las que hoy prevalecen en Oaxaca.

 

caem