El cardenal Norberto Rivera Carrea llamó a los fieles a vivir su fe a plenitud y no a medias tintas, así como a educar en la solidaridad apoyando a quienes menos tienen.

 

En su tradicional misa dominical en la Catedral Metropolitana consideró que en un mundo lleno de grupos enfrentados, desde partidos, guetos, sindicatos, clubes, razas, países y hasta iglesias y religiones, es importante el llamado evangélico a recibir, acoger, hospedar.

 

“En nuestros corazones, sí, pero también, dando algo de nosotros mismos”, acotó el arzobispo primado de México, al reconocer la labor de las familias que enseñan y viven la solidaridad.

 

La Ciudad de México es hospitalaria, pero el apoyo se debe dar en los hechos y de manera desinteresada. “Dar significa estar rico y estar vivo. El que tiene mucho y no sabe dar, sencillamente no es rico, es una persona pequeña, impotente y empobrecida, por muchas cosas que posea”, sostuvo.

 

Rivera Carreca recalcó que “sólo es rico quien es capaz de regalar algo de sí mismo a los demás”, y en ese sentido exhortó a buscar caminos para apoyar a quienes menos tienen, como a instituciones parroquiales que sirven comida a los más pobres o dan hospedaje a los que vienen de fuera.

 

El cardenal Norberto Rivera resaltó que muchas de las grandes obras que hacen posible al país las realizan personas que jamás aparecen en televisión o medios de comunicación, y su nombre nadie los verá entre los ilustres.

 

Son hombres y mujeres grandes, porque su vida es una bendición en medio de esta sociedad, sin ellos nuestra sociedad sería una realidad muy distinta, ellos forman ese ejército pacífico y desconocido de voluntarios que hacen algo por los demás, ya sea en forma organizada o ya sea calladamente desde su casa, enfatizó.

 

jram