La resolución de la Contraloría de la CDMX de cerrar el caso de “El Mexicanito” beneficia al ex delegado Víctor Romo, pero reavivó el viejo “pleito de vecindad” entre la delegada de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez y su antecesor.

 

Tanto molestó a Xóchitl la determinación de Contraloría, que ordenó iniciar, obvio con cargo al erario, una nueva campaña de desprestigio en medios impresos y electrónicos contra su odiado enemigo, Víctor Romo, ahora bajo el argumento de que la Secretaría de la Función Pública sí lo va a sancionar.

 

Uno se preguntará ¿por qué tanto encono si ya le arrebató la delegación al PRD? La explicación de acusar un día sí y otro también de corrupción a Romo, es que Xóchitl construyó su campaña rumbo al gobierno de la ciudad  en el desprestigio de su antecesor y si no es sancionado, quedará como una mentirosa, porque hasta hoy no ha probado nada.

 

Pero lo que más le preocupa a Xóchitl es que el perredista tiene arraigo en la demarcación y puede recuperarla en 2018, gracias al gris trabajo que ha hecho como delegada, por cierto, no se sabe si panista o morenista.

 

Lo que tampoco dice la delegada es que la Función Pública no tiene atribuciones y facultades para reabrir el caso, se lo tendrá que solicitar a la Contraloría local si encontrara algo extraño.

 

Ojalá y los dos políticos permitan que los órganos de control hagan su trabajo y se dediquen a lo suyo, como legislador y delegada, en vez de litigar en los medios, escandalizar y usar el dinero público para hacer campaña rumbo al 2018.

aarl/otm