Después de algunos años en los que la economía mundial reflejaba un bajo crecimiento y una baja inflación, las acciones emprendidas por los bancos centrales como la Fed, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra (BoE) y el Banco de Japón (BoJ) de inyectar recursos en una forma significativa parece estar encontrando al menos una luz en la recuperación de las economías de países desarrollados y, en su caso, un traspaso en el beneficio indirecto a economías emergentes. En este 2017, los indicadores de crecimiento han mejorado 18% respecto a hace un año.

 

 

La economía americana mantiene una expectativa de crecimiento del orden de 2.0% anual, a pesar de que en el primer trimestre del año, el dato inicial de crecimiento es de 0.7% anual, que seguramente se estará revisando al alza. Consideramos que es la economía que muestra un mejor dinamismo por el momento con indicadores como la producción industrial que viene recuperando terreno con un crecimiento de 2.2% anual, un indicador de confianza al consumidor en sus mejores niveles históricos, un indicador de servicios retomando su expansión y unas ventas minoristas que vienen desacelerando un poco, pero podría ser transitorio sobre tasas anuales de 4.5%. La creación de empleos ronda los 180 mil plazas promedio mensual y una tasa de desempleo en 4.4%. La inflación retornó a una zona “considerada” normal, pero con el seguimiento muy puntual de la Fed. Consideramos que en una escala de uno a 100 como plena expansión, la economía tiene 69 puntos comparados con los 61 de hace 12 meses.

 

 
Por su parte, la Zona Euro dio a conocer ayer su crecimiento al primer trimestre del año en 1.7% anual. Hemos visto cómo el desempeño de esta economía ha sido moderado, pero consistente. Los indicadores de manufactura y servicios muestran una expansión continua, vienen mejorando los diferentes indicadores de confianza, tanto al consumidor como el sentimiento económico, la producción industrial viene creciendo a tasas de 1.9% anual, el desempleo viene recuperando terreno, aunque a un paso lento con una tasa ya por debajo de 10% anual; las ventas minoristas crecen a un ritmo anual de 2.3%. La inflación también mostró una reacción a niveles de 1.9% anual. En este caso, consideramos que del uno al 100 como plena expansión, le asignamos una calificación de 64 puntos en expansión moderada vs. hace 12 meses en 53 puntos.

 
Respecto a China, la economía dio a conocer su crecimiento al cierre del primer trimestre del año en 6.9%, superior a lo esperado por el mercado. No obstante, estamos viendo que los diferentes datos de su economía mostrarían una posible desaceleración para el segundo trimestre hacia 6.7%-6.8% estimado. Las ventas minoristas y la producción industrial siguen creciendo, aunque moderaron su ritmo en abril pasado. Los indicadores de manufactura y servicios han desacelerado, aunque se mantienen en zona de expansión. Se han estabilizado sus reservas internacionales después de caídas importantes en los últimos dos años y su moneda también se estabiliza sobre niveles de 6.9 yuanes por dólar. Sabemos del cambio de paradigma hacia una economía de consumo interno. El proceso llevará tiempo. De uno a 100, le asignamos una calificación de 58 puntos dentro de un crecimiento moderado para sus condiciones (hace 12 meses se ubicaba en 52 puntos).

 

 
Japón, con una economía creciendo a tasas alrededor de 1.6% anual, refleja aún espacios para que el Banco de Japón siga apoyando con su política monetaria expansiva al desarrollo de la economía y que junto con acciones gubernamentales lleven a un crecimiento más consistente y una inflación en el orden de 2.0% (actualmente en 0.2% anual al consumidor y 1.00% al productor). Sus indicadores de servicios y manufactura se ubican en zona de expansión, aunque moderada. Su calificación se ubica en 44 puntos, comparada con los 33 hace dos meses.