Donald Trump rompió la costumbre de saludar como Presidente de Estados Unidos a sus homólogos o jefes de Estado que le visitan en la Casa Blanca.

 

 

Tras los accidentados episodios que ha tenidos con personajes como Shinzō Abe, Justin Trudeau y una larga lista, antes de ocupar la Casa Blanca; esta ocasión Trump no quiso dar la mano a Merkel, aunque ella lo pidió (segundo 58) y los fotógrafos también.

 

 

En coro se alcanza a escuchar: Handshake, handshake, handshake (apretón de manos)

 


“Ellos quieren apretón de manos”,
refirió la política sin recibir interacción.

 

En respuesta, el magnate voltea el rostro al sentido contrario de la alemana.

 

 

 

DCA