Donald Trump ha demostrado que puede ser un gran negociador pero no tiene ni la menor idea de cómo estrechar la mano de alguien.

 

Y es que cada que éste se atreve a estrechar la mano de algún reconocido personaje mundial, Trump parece tener más intensiones de arrancarles la mano que de ofrecer una cordial bienvenida.

 

Durante su campaña electoral, Trump nos mostró que saludar de conforme a protocolos no es lo suyo, esto luego de que agitara ” de más”, la mano de su contrincante Hillary Clinton al iniciar un debate.

 

 

 

Otra de sus víctimas fue el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, a quien saluda con un apretón de manos y después jala con fuerza por varios segundos en su festejo el día de la elección que le dio la víctoria.

 

 

Desafortunadamente, esta no es la primera ofensa de Trump. Más recientemente, llamó al director del FBI James Comey y al secretario de Estado, Rex Tillerson, a quienes de igualmente saludó con una extraña emoción.

 

 

 

 

 

 

 

El pasado viernes de 10 febrero, Trump “jaloneó” literalmente al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en un largo saludo de 17 segundos para después dar dos palmadas en la mano al japonés, un gesto que ha ocupado también con su esposa Melania.

 

 

 

 

 

El caso más reciente fue el de Justin Trudeau, quien tras la fama de Trump y a sólo unos días del “jaloneo” a Shinzō Abe, prefirió ser muy cauteloso con el saludo.