PARÍS. La justicia francesa condenó hoy a la empresa de certificación alemana TÜV a indemnizar a más de 20.000 mujeres, de ellas unas 7.000 latinoamericanas -la mayoría colombianas y venezolanas-, a las que se implantaron glándulas mamarias del fabricante francés PIP que llevaban un gel fraudulento.

 

 

El Tribunal de Comercio de Tolón (sureste) decidió la designación de peritos para fijar el perjuicio sufrido por las mujeres, que como mínimo recibirán 3.000 euros (unos 3.180 dólares), explicó hoy a Efe el abogado Laurent Gaudon, que representa al colectivo de afectadas.

 

 

Gaudon precisó que entre las más de 20.000 concernidas por este procedimiento hay unas 7.000 de países latinoamericanos, en particular colombianas y venezolanas.

 

 

El Tribunal de Comercio de Tolón consideró en su dictamen que TÜV debería haber controlado el proceso de fabricación de los implantes PIP (Poly Implants Prothèses), pero que lo delegó en una filial que no era competente para hacerlo.

 

 

También estimó que había elementos visibles de que se estaba produciendo un fraude, según el relato de Gaudon.

 

 

PIP cambiaba el gel autorizado por otro más barato que producía frecuentemente la ruptura de la prótesis mamaria.

 

La sentencia de hoy va en la misma línea que otra del mismo órgano judicial, que en 2013 había condenado a TÜV a pagar 3.400 euros (unos 3.600 euros) a 1.900 víctimas de las prótesis.

 

 

Sin embargo, luego el Tribunal de Apelación de Aix en Provence dio la razón en julio de 2015 a la empresa y ahora ese dossier está recurrido ante el Tribunal Supremo.

 

 

TÜV anunció hoy en un comunicado de sus abogados que va a recurrir este nuevo dictamen, que a su parecer está “en total contradicción con la larga serie de posiciones de las jurisdicciones y autoridades que han estudiado el fondo del caso PIP hasta ahora”.

 

 

Añadió que “el Tribunal de Comercio de Tolón sigue ignorando los elementos claros del caso PIP” que evidencian que la compañía alemana “cumplió su misión de organismo certificador con diligencia y en perfecta conformidad con la reglamentación aplicable”.

 

 

El fundador de PIP, Jean-Claude Mas, fue condenado en mayo de 2016 a cuatro años de cárcel por la utilización durante años de un gel fraudulento y engañar a los organismos de control y de certificación. sl