No hay duda. El Gobierno Federal debe reconsiderar el incremento a las gasolinas que se da a partir del 1 enero de 2017 y con ello mostrar sensibilidad social. No hacerlo será un grave error.

 

Dejo en claro y reitero. Los titulares de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) como a Petróleos Mexicanos (PEMEX) han sido incapaces tanto por no poder detener el desabasto de gasolinas y la especulación de precios a nivel nacional. Ambos titulares deben adoptar medidas extraordinarias para el pronto restablecimiento del mercado.

 

Con todo respeto critico duramente las explicaciones de Pemex, en el sentido de que la suspensión del abasto de combustibles derivó de la reparación de equipos obsoletos, las condiciones climatológicas, la suspensión del transporte o la restitución de ductos por las tomas clandestinas. Eso no es cierto.

 

Lo que sí es cierto es que si bien existen tomas clandestinas no es un asunto nuevo. Lo que sí es cierto es que la escasez de combustible se debe a la corrupción que persiste en Petróleos Mexicanos y la incapacidad de Hacienda para normalizar el suministro y los precios. Esto lamentablemente es la realidad.

 

También es cierto que dueños de gasolineras de diversas zonas del país han acaparado y escondido la gasolina para posteriormente venderla a los nuevos precios que fijará la Secretaría de Hacienda y con ello obtener ganancias sustanciales.

 

Esa es la realidad. Ese es el principal motivo del desabasto de la gasolina. No se justifica pretextando ordeñas de ductos o de reparación de fugas. Hay suficiente combustible para surtir el mercado nacional e incluso la frontera norte del país.

 

La realidad es que la Secretaría de Hacienda no solo ha sido incapaz de contener esta ola de especulación, sino por el contrario, se ha sumado a ella con el anunció del incremento promedio de 20 por ciento, lo cual lamentablemente incentivó a los especuladores.

 

La realidad es que el nuevo precio de la gasolina es desproporcionado y propiciará una espiral inflacionaria que afectará a todos los mexicanos. Esto hay que dejarlo en claro. Por ello el Gobierno Federal debe reconsiderar el incremento a las gasolinas que se pretende a partir del 1 enero de 2017.

 

Si insiste el Gobierno Federal en aumentar el precio de la gasolina habrá una espiral de incrementos en los precios de los productos de consumo generalizado y primera necesidad, que afectará principalmente la dieta básica de los mexicanos de escasos recursos.

 

El Congreso de la Unión aprobó la Reforma Energética para corregir situaciones como la que hoy se vive, sin embargo, el Gobierno Federal no ha sabido aprovecharla y en su lugar genera un nuevo deterioro económico. Reitero: el Gobierno Federal debe mostrar sensibilidad social y debe reconsiderar el incremento a las gasolinas.