Contento, bromista, de muy buen humor, hablando sobre antojitos y comida mexicana, así reapareció el escritor Fernando del Paso (1935) durante la presentación de “La cocina mexicana” en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

 

El Premio Cervantes de Literatura 2015 regresó una vez más a la FIL, en esta ocasión, para “antojar” al público asistente con las 150 recetas de esta edición conmemorativa editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y en la que participa su esposa, Socorro Gordillo del Paso.

 

Bromeando por las dificultades para hablar, debido a su avanzada edad y estado de salud, el autor de “Noticias del Imperio” tomó el micrófono para expresar su alegría y satisfacción por el texto, cuya edición es de Alejandro Magallanes.

 

“Perdón por mi dificultad para hablar, pero este es un problema que tengo desde hace cuatro y de que ya di el viejazo”, bromeó el autor, quien agregó que él y su esposa partieron de dos verdades para la elaboración del citado texto: “El hambre y la comida”.

 

“El hambre es una necesidad básica, todos la padecemos, si no tenemos comida. El hambre y la comida son esa característica que sufren y disfrutan también todo animal vivo en este planeta. La diferencia es que el hombre y la mujer, han sido los animales de este planeta en hacer de la cocina un arte y eso es un enorme consuelo todos los días desde que se levanta uno y come alguien, un huevo estrellado con chile, por ejemplo”, comentó Del Paso.

 

Enseguida, el autor comenzó con una pizca de antojitos mexicanos como arroz con leche, sopa de fideos, carne de puerco con chile, tacos, tostadas de pata, antojando al público que desde su lugar fue cautivado por el escritor.

 

Nuevamente, Del Paso dijo que la obra es un texto dedicado a sus hijos y en especial a su suegra, a quien calificó de “muy buena cocinera”.

 

“Esta cocina no es de Fernando del Paso, es nada más de Socorro Del Paso, pero la considero mía, porque ella es la mujer que amo desde hace 58 años”, indicó al tiempo que señaló que tanto a su esposa como a él, les agrada la buena comida.

 

El también Premio Xavier Villaurrutia 1966 confesó que si algo sabe de la cocina, es gracias a su esposa, “quien me lo enseño y yo fui muy feliz descubriendo; además cuando comencé a trabajar, tenía que comer fuera de la casa y allá (afuera) aprendí lo que son los pambazos, otras cosas que se ven en la calle”.

 

Antes, su esposa Socorro Gordillo dijo que el origen del texto es derivado de un gusto de Fernando del Paso, cuando ambos estaban en Francia.

 

“Siempre queríamos comer comida mexicana, y como saben, ahora ya se consiguen muchas cosas en Europa, pero antes era difícil”, dijo la coautora, quien contó un par de historias de cómo pudo junto su esposo, hacer varios platillos “con trampas”.

 

El texto no es solamente un libro de recetas; es un libro que invita a recorrer y aprender sobre la historia de la fusión de la cocina indígena con la europea y la oriental, mezcla deliciosa de texturas, sabores y olores que ofrecen actualmente al mundo una de las más apreciadas y variadas cocinas: La Mexicana.

 

La obra transporta al lector a través del tiempo y cuenta lo valioso que eran las especias como la canela, la nuez moscada, la pimienta, el laurel, el clavo y el azafrán, éste último llevado por los árabes a España; el sabor intenso del jengibre que los persas compartieron a los griegos, por mencionar solo las más reconocidas y apreciadas.

 

En 1453 cayó Constantinopla en manos de los turcos, provocando que se clausurara el camino más corto al paraíso de las especias, lo cual, para ellos fue una verdadera catástrofe. En esa época, Colón propuso llegar a las Indias por el otro lado del mundo para reencontrar las aromáticas especias y en su viaje se topó con América.

 

De aquí parte el autor para narrar uno de los mestizajes más fecundos de la historia, cuyos frutos mayores se dieron en el campo de las artesanías, el folclor y el arte culinario. Más tarde también en la arquitectura y las artes plásticas.

 

Desde luego, comentó, el verdadero y profundo mestizaje culinario comenzó cuando les tocó a los nativos descubrir los prodigios que llegaron en los barcos españoles: el trigo, el arroz, las lentejas, la naranja, la zanahoria, la coliflor y animales como la vaca, la gallina, el borrego y el puerco.

 

Todo esto aunado a la variedad de alimentos que México le dio al mundo empezando por la vainilla, el chile y siguiendo con el jitomate, el aguacate, el maíz, el cacao y el cacahuate.

 

Frutas tan frescas como las tunas de variados colores, la guayaba, la piña, la guanábana, el mamey, etcétera; siglos fecundos hacen de la cocina mexicana una de las tres mejores del mundo.

 

jram