La Arquidiócesis católica de México urgió hoy a “dejar de levantar muros entre nosotros mismos”, con el fin de generar riqueza y poder enfrentar las políticas que emprenda el próximo Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump, quien ha prometido erigir un muro en la frontera entre los dos países.

 

En un editorial titulado “¿Qué vamos a hacer?”, el semanario de la Arquidiócesis, Desde la fe, apuntó que después de las elecciones en Estados Unidos “las líneas de acción, durante los primeros cien días de la nueva Administración, irán encaminadas a endurecer las políticas migratorias, deportando a cientos de miles de personas que tengan antecedentes penales”.

 

“Con ello, según Donald Trump, estará ‘purificando’ a los Estados Unidos de ‘elementos indeseables’ para devolver la grandeza a la nación. Esta idea ha sido aprovechada por grupos racistas para incitar el odio contra las minorías, especialmente hispanos, quienes ahora afrontan una persecución amparada por el irresponsable discurso oficial del presidente electo”, expuso.

 

Señaló que ante las eventuales políticas del nuevo Gobierno estadounidense, el Estado mexicano ha lanzado una estrategia que incluye consulados móviles, atención telefónica inmediata a migrantes vulnerables, facilidades para tramitar la matrícula consular y “otras medidas que buscan proteger a los ciudadanos mexicanos que viven en Estados Unidos”.

 

“La estrategia de las autoridades mexicanas es un primer paso digno de reconocerse, pero sin duda se requiere el apoyo de todos los sectores de la población para enriquecerla con nuevas propuestas que permitan atender integralmente el problema que se avecina”, sostuvo.

 

Por lo pronto, añadió, “es urgente dejar de levantar muros entre nosotros mismos para generar riqueza, y para ello, lo primero que debemos hacer es trabajar con mayor precisión en el combate a la corrupción a fin de crear condiciones de seguridad que favorezcan la inversión”.

 

También llamó a “recuperar zonas pobres a través de políticas económicas a largo plazo, procurar el desarrollo social integral de zonas marginadas, favorecer la economía social y productiva de localidades en la incertidumbre por la carencia de oportunidades, y vencer la injusta distribución de la riqueza e indecentes desigualdades entre millones de mexicanos”.

 

“Si logramos hacer esto, lo que ahora parece una catástrofe que se cierne sobre nuestro pueblo podría convertirse en la coyuntura que tanto necesitamos para despegar como país en busca de mejores oportunidades para todos”, puntualizó.

 

jram