Nadie ve el fin del mal endémico de México: la corrupción.

 

Tampoco hay nadie capaz de precisar su origen.

 

Pero los escándalos actuales, nos recuerda la periodista Isabel Arvide en su nuevo libro –Entre políticos y rufianes. Crónicas de impunidad y corrupción en México– vienen de los años 70.

 

Cuatro décadas.

 

Entonces, narra Arvide como testigo de mil y una trapacerías, hubo molestia generalizada cuando el presidente José López Portillo recibió un rancho regalado en el Estado de México.

 

Ante el enojo social, el mandatario debió ventilar el caso en un informe de gobierno:

 

-Flota en el ambiente… -se salió del texto desde la entonces llamada más alta tribuna de la patria, y prometió rechazar tan interesado obsequio, acreditado a Carlos Hank González.

 

El servidor público y gran empresario a quien la leyenda nacional le acredita la máxima de aquellos tiempos contestó:

 

Un político pobre es un pobre político.

 

Y a quien lo dudaba y accedía a él, recuerda Arvide, le mostraba cajones llenos de dinero mientras reía socarrón.

 

Los mismos corruptos de antes

 

Los años y el roce con el poder, y a veces parte del poder mismo, dan validez a las historias de Isabel Arvide.

 

Elige casos paradigmáticos: el Chueco Mario Villanueva, la Maestra Elba Esther Gordillo, el Gobernador Salvador Neme, el Fiscal Mariano Herrán, el Químico Andrés Granier, el Gordo Javier Duarte, el Profe Humberto Moreira, los Soldados Jorge Juárez Loera, Jesús Gutiérrez Rebollo, Mario Acosta Chaparro y Ricardo Martínez Perea y el Policía Rafael Aguilar Guajardo.

 

Cada uno tiene su historia con características generales: el enriquecimiento, la corrupción, la perversión de la política…

 

Le decía Mario Villanueva a Arvide:

 

-Siempre de negocios políticos, Negrita, de la política…

 

Hoy, cuando Duarte huye y aparece un bosquejo de la gran corrupción de Roberto Borge, vale preguntarse si estamos, por fin –y no es pleonasmo– ante el principio del fin de ese tipo de prácticas y políticos.

 

La conclusión de Arvide:

 

-Los de después, los de ahora son los mismos que eran, que estaban, que aparecían hace 30, 40 años. Ahí están. Tan frescos, tan iguales a sí mismos, tan arraigados en los hechos de quienes los han sucedido.

 

Miguel Ángel Yunes, para la ONU

 

1. Una primicia para los lectores de 24 HORAS: Miguel Ángel Yunes buscará el máximo cargo mundial: la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

El adelanto es suyo.

 

Ayer le pregunté cuál es la gran revelación con la cual piensa cimbrar a México el 1 de diciembre, un día después de asumir el Gobierno de Veracruz.

 

-Que voy a buscar la Secretaría General de la ONU.

 

Lástima: Ban Ki-moon no ha culminado su período y el portugués Antonio Guterres tomará posesión el año próximo.

 

Tal vez en 2017… si Guterres no se reelige y Yunes cumple su palabra.

 

2. Las presiones a Ricardo Anaya no son nada más de Margarita Zavala y otros calderonistas, sino de quienes buscan espacios para hacer política en Acción Nacional (PAN).

 

Y ahí perforando piedra andan quienes, como Fabricio Montaño, buscan incorporarse al próximo Consejo Nacional para darle frescura, independencia y protagonismo.