La pugna entre el republicano Donald Trump y la candidata demócrata Hillary Clinton, se puso al rojo vivo, cuando las encuestas reflejan una contienda muy ajustada a nivel nacional; ella reitera que no hay elementos comprometedores en la investigación del FBI sobre sus correos electrónicos.

 

“Aquí no hay un caso”, señaló la candidata demócrata en un acto de campaña en Kent, Ohio, un estado clave en su carrera para derrotar a Donald Trump en las urnas el 8 de noviembre.

 

“No estoy inventando excusas. He dicho que fue un error y lo lamento”, agregó sobre su decisión de utilizar un servidor de correo privado mientras era secretaria de Estado, lo que provocó una polémica investigación del FBI.

 

¿Por qué (…) el FBI decide irrumpir en las elecciones sin ninguna prueba de mala conducta? Esa es una buena pregunta”, afirmó Clinton.

 

“Ahora quieren revisar correos de un empleado. Por todos los medios, deberían revisarlos y estoy segura de que alcanzarán la misma conclusión a la que llegaron cuando examinaron mis correos. No hay caso”, aseveró Clinton en Kent.

 

Como era de esperar, Trump volvió hoy a utilizar el escándalo como arma arrojadiza contra Clinton en Grand Rapids, en Michigan, un estado otrora orgullo de la industria automovilística estadounidense, pero venido a menos por la crisis económica.

 

“¿Cómo puede Hillary gestionar este país si no puede gestionar sus correos electrónicos?”, se preguntó el magnate inmobiliario.

 

“Gracias. Huma. Buen trabajo. Buen trabajo, Anthony Weiner”, espetó con ironía el multimillonario neoyorquino, quien se declaró “seguro de que lo que hay en esos correos es devastador, pese a que el FBI todavía trata de averiguar su contenido.

 

El fantasma de los correos de Clinton, pues, campa otra vez por la campaña electoral cuando varias encuestas de intención de voto a nivel nacional parecen reflejar que se ha evaporado la ventaja que, hace bien poco, disfrutaba la ex primera dama.

 

Clinton sólo saca entre uno y tres puntos a Trump en la actualidad, según dos encuestas publicadas hoy en Estados Unidos con unos márgenes de error que oscilan entre el 2 y el 2,5 por ciento.

 

Uno de los sondeos, hecho el pasado fin de semana por el diario Politico y la empresa Morning Consult entre mil 772 votantes tras el anuncio del FBI, revela que 39% no variará su voto tras la reapertura del caso de los correos.

 

Un 33% confiesa, sin embargo, que ve “menos probable” que vaya a votar a la ex primera dama.

 

Otros dos estudios demoscópicos divulgados entre el domingo y hoy indican también que el magnate inmobiliario ha logrado darle la vuelta a los sondeos en un estado crucial como Florida, donde aventaja a su rival demócrata en cuatro puntos.

 

Según la web RealClear Politics, que confecciona una media de las encuestas publicadas en el país, Clinton saca hoy a Trump 2.5 puntos, una ventaja que, hace una semana, rondaba los 6 puntos.

 

Ahora está por ver si hay más sorpresas de aquí a la votación del 8 de noviembre, porque la web Wikileaks, que recientemente filtró correos electrónicos de John Podesta, jefe de campaña de Clinton, ha adelantado con tono muy enigmático que esta semana comienza “la tercera fase” de su “cobertura de las elecciones de EU”.

 

Piden revelar vínculos de Trump

 

La campaña de la aspirante demócrata instó al director del FBI, James Comey, a que revele los datos que posee sobre los presuntos vínculos del candidato republicano, Donald Trump, con el Gobierno ruso. El directivo de la campaña de Clinton, Robby Mook, insistió en que el director del FBI debe tener el mismo rasero para los dos candidatos, por lo que insistió en que esa información se haga pública.

 

Obama no ve mala intención

 

El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que el presidente Barack Obama, no cree que el director del FBI, esté tratando “intencionadamente” de influir en el resultado de los comicios presidenciales al informar que se investigan nuevos documentos en el caso de los correos de Hillary Clinton. Earnest dijo que la Casa Blanca no va a “defender” ni “criticar” la decisión de James Comey.