El viernes pasado, aunque no hubo actividad en México por el feriado del 206 aniversario de la Independencia de México, los mercados internacionales experimentaron una jornada de “presión”, derivada de que el dato de inflación al consumidor en EUA resultó por arriba de lo esperado y en términos anuales alcanzó la general 1.1% y la subyacente (sin alimentos y energía), un aumento de 2.3%. Recordemos que el objetivo de la Fed es una inflación de 2.0% anual con una economía creciendo a un ritmo promedio al año de 2.0%.

 

Lo que sucedió y no se comentó fue el movimiento del peso mexicano en los mercados internacionales, en donde alcanzó en el nivel “interbancario” los 19.77 en la mañana para cerrar en 19.61, y con ello seguir observando una depreciación superior a 13% en lo que va de 2016.

 

El peso ha mostrado una presión al alza como válvula de escape por choques de flujos de inversión. En lo internacional, el riesgo de una normalización en las tasas de interés por parte de la Fed, sea en septiembre o con una mayor inclinación a diciembre, refleja riesgos y volatilidad en los mercados. El crecimiento de la economía americana en el tercer trimestre del año se muestra “moderado” vs. una aceleración esperada; inclusive por la Fed, la producción industrial americana se mantiene “estancada”, y quizá lo más especulativo lo representa el avance en las encuestas de Trump.

 

Además, el riesgo del sector bancario en Europa, principalmente en Italia y Alemania con Deutsche Bank, en donde este viernes pasado se anunció que el Gobierno de EUA le está requiriendo un pago de 14 mil millones de dólares para alcanzar un acuerdo sobre la venta de valores respaldados por hipotecas en la etapa hacia 2008. Si a estos eventos le sumamos los internos de la desaceleración de la economía en el segundo semestre del año, el fuerte recorte en gastos e inversión pública, la baja confianza privada hacia el consumo y la inversión, el riesgo de transferencia de precios, el riesgo de un aumento adicional en el nivel de la deuda pública y la posible alza en tasas de interés por el Banxico cuando la Fed lo haga y/o el tipo de cambio genere mayores depreciaciones, muestran un escenario “gris” por ahora, y por ello vemos sensibilidad en el tipo de cambio.

 

Este miércoles se tendrá la decisión de política monetaria de la Fed. Consideramos que si la economía muestra un desempeño de recuperación “moderada” con algunos indicadores debilitados como ventas minoristas y producción industrial que no logran recuperarse, además de la desaceleración del sector servicios, que afectó el ritmo de creación de empleos, la condición actual genera una baja probabilidad en el mercado a  20% para que la Fed aumente su tasa en esta reunión y deja arriba de 50% para la reunión de diciembre.

 

Esta semana, además de la Fed, también en Japón se tendrá la decisión de política monetaria. Vemos que la fortaleza del yen limita el alcance de objetivos del gobierno y del Banco de Japón, por lo que podría aumentar más la tasa “negativa” actual en -0.1%.

 

Así, el peso tendría una zona estimada de 19.70 a 20.10 en el corto plazo, cuando si coincide con los tiempos de la decisión de la Fed, podría regresar a 18.60, pero el factor Trump seguirá “afectando” a futuro.