HANGZHOU.  China acoge por primera vez este foro, la reunión internacional más importante en la historia del país, y el anfitrión, el presidente Xi Jinping, pidió a sus invitados que se centraran en la economía, pero sus ruegos quedaron eclipsados por la maratoniana actividad diplomática desarrollada en los márgenes de la cumbre.

 

 

Estados Unidos y Rusia aceleraron en Hangzhou las negociaciones para un alto el fuego en la guerra de Siria que permita aumentar el envío de ayuda humanitaria a ese país y sus respectivos presidentes, Barack Obama y Vladímir Putin, se reunirán hoy en un encuentro que podría servir para ultimar los detalles de ese pacto.

 

 

Hangzhou es también el escenario del debut en una gran cumbre de la primera ministra británica, Theresa May, quien activó toda su maquinaria diplomática para asegurar el éxito del Brexit, si bien se topó a su llegada con críticas y recordatorios de los riesgos que entraña la salida de la Unión Europea.

 

 

El otro gran protagonista de la cumbre está siendo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, muy solicitado por la inestable situación de su país tras fallido golpe de Estado y su implicación en la guerra de Siria y en la crisis de los refugiados.

 

 

Erdogan se reunió con Obama, con quien analizó estrategias conjuntas para combatir al Estado Islámico en Siria, y acercó posturas con la canciller alemana, Angela Merkel, tras entrevistarse en la víspera con Putin y Xi.

 

 

Esta sucesión de encuentros bilaterales dejó en un segundo plano la reunión informal del bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), pero también el comienzo de las sesiones oficiales de la cumbre, dedicadas a la recuperación económica.

 

 

Al inaugurar la cita, Xi conminó a los participantes a hallar una “nueva senda” para el crecimiento que se materialice “acciones reales” y evite las “palabras vacías”, porque las amenazas para la economía mundial, dijo, se acumulan ocho años después de la crisis financiera internacional.

 

 

El diagnóstico realizado por el presidente chino arrojó múltiples “retos y riesgos” para una economía sólo parcialmente recuperada de la crisis: la ralentización del crecimiento, la volatilidad de los mercados financieros, la desaceleración del comercio y la inversión, así como el aumento de la desigualdad.

 

 

El mandatario chino instó a los participantes en la cumbre a coordinar sus políticas monetarias y fiscales, así como sus reformas estructurales, para estimular la economía y garantizar que ese dinamismo se mantenga a largo plazo.

 

 

“Mientras estemos juntos, podemos navegar las grandes olas de la economía global y navegar hacia un futuro de crecimiento”, proclamó Xi.

 

 

Para terminar la jornada, los líderes del G20 se relajaron en el espectáculo de danza, música y fuegos artificiales, coordinado por el aclamado director de cine Zhang Yimou, que China ofreció como gala de bienvenida en el majestuoso Lago del Oeste de Hangzhou, un momento de tregua antes de retomar este lunes el serial de reuniones.