Terminado Brasil 2014, buena parte de la afición mexicana soñaba con ver a Francisco Guillermo Ochoa atajando para un equipo de la primera línea europea.

 

Se hablaba de pretendientes de la dimensión de Liverpool, París Saint-Germain y AC Milán, rumores que, visto su desempeño en la Copa del Mundo, parecían sustentados en la deslumbrante actuación del guardameta tricolor, halagada en especial en los contextos de España e Inglaterra.

 

A muchos nos pareció poco que terminara en Málaga, aunque la desazón se hizo exponencial cuando comprobamos que Ochoa sería reserva de Carlos Kameni. Si fue un premio al portero camerunés por renovar su contrato a la baja, si hubo intereses ocultos por parte del entrenador como se llegó a especular, si más bien se debió a la naturaleza del deporte y su sana competencia, es tema distinto. La realidad es que Kameni aprovechó bastante bien la titularidad y a Ochoa sólo le quedaron migajas de juego (además, poco que criticar al DT del Málaga con un desempeño ligeramente por encima de lo esperado: permanencia sin mayor tensión).

 

Dos años después, Memo está parado ante la ocasión de recuperar algo del tiempo perdido. Granada pinta como el destino. Un conjunto menos reputado que el Málaga que, sin embargo, tiene un prometedor proyecto a largo plazo, con capital chino de por medio.

 

Jiang Lizhang adquirió al club tras la exitosa gestión de Gino Pozzo, quien lo tomara en Segunda División B y dejara por sexta campaña en el máximo circuito español. Accionista también de los Timberwolves de Minnesota en la NBA, Lizhang pretende consolidar un gran holding de instituciones deportivas, con énfasis en posicionamiento en el mercado de su país. Este orgulloso descendiente de pescadores, una de las máximas figuras empresariales de la China actual, ha seguido el paradigma fijado por el líder Xi Jinping de acercamiento total hacia el futbol. Así como Lizhang es desde hace unas semanas el dueño del Granada, clubes como Inter de Milán, Espanyol, Slavia de Praga, ADO Den Haag de Holanda, Aston Villa, Sochaux francés, incluso Manchester City y Atlético de Madrid han recibido inyecciones millonarias de yuanes.

 

Creo en la capacidad de Memo para destacar como titular y acaso en un año seguir su escalada tras ese paralizante par de campañas en La Rosaleda. Como sea, no hará falta recordarle que, de confirmarse, éste puede ser su último tren europeo. Aclamado en el humilde Ajaccio, lo de Málaga sólo sanará con un temporadón en la misma Andalucía y al pie de la Alhambra.

 

Dados los ímpetus con que Lizhang ha llegado al futbol, me parece previsible que el plantel del Granada dé un buen salto de calidad. Asentado en Primera, el magnate chino desea llevarlo a otro nivel, incluso con sueños de puestos europeos.

 

En esa proyección, Ochoa tendría un rol primordial. Memo, en busca del tiempo perdido: en un equipo menos célebre que el anterior, en un proyecto de apariencia mucho más interesante.

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