Los medicamentos suministrados al gorila Bantú para su traslado a Guadalajara son cuestionados por organizaciones civiles, las cuales argumentan que uno de ellos tiene efectos  cardiovasculares depresores.

 

Activistas comentaron que los encargados del traslado pudieron haber utilizado otros métodos para que el gorila por sí solo entrara al contenedor y, posteriormente, se le suministrara un sedante para mantenerlo tranquilo.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente dio a conocer que al gorila se le suministraron Tiletamina, Zolacepam, Ketamina y Medetomidina.

 

Al respecto, el biólogo Juan Carlos Rodriguez González, director de la asociación Profauna Silvestre Animalis, informó que la combinación de Tiletamina-Zolacepam, (mejor conocido como Zoletil), es suficiente para lograr una anestesia corta.

 

En tanto, la Medetomidina tiene efectos  cardiovasculares depresores en gorilas con enfermedades cardiacas, por lo que no esta recomendado su utilización en estos casos.

 

“Es muy grave, esos medicamentos se utilizan para dormir animales grandes en operaciones para que no se despierten. Para realizar un traslado son medicamentos menos fuertes, incluso con condicionamiento operante se logra que el gorila se meta solo al contenedor y con un sedante durante el traslado se mantiene tranquilo; pero esto requiere meses o hasta un año de planeación. Lo hicieron al vapor y mal”, mencionó.

 

Esta versión fue apoyada por Marielena Hoyo, ex directora del zoológico de Chapultepec, quien refirió que, de acuerdo con versiones de anestesistas certificados, la Tiletamina-Zolacepam son muy seguros.

 

No obstante, la Medetomidina está contraindicada para los grandes simios adultos de los que no se tenga certeza de su estado cardiaco.

 

A pesar de estas versiones, veterinarios especializados en vida silvestre consultados por este diario señalaron que a Bantú se le administraron las dosis más bajas de los medicamentos y aseveraron que toda anestesia conlleva un riesgo. Asimismo, consideraron que la Profepa generalmente sólo hace trámites administrativos, por lo que no cuenta con los conocimientos para determinar las deficiencias.

 

Siempre hay un riesgo

 

Laura Martínez, veterinaria  ex trabajadora del zoológico de Aragón y quien también colaboró con el ex director del zoológico de Chapultepec, declaró en una entrevista con 24 HORAS que siempre habrá un riesgo en las anestesias generales.

 

Mencionó que pese a lo impactante de las imágenes de la necropsia, el desmembramiento es necesario en el proceso.

 

“Esas imágenes que estaban exhibiendo de Bantú para la necropsia pues esta es la manera en que se debe hacer este proceso científico. Para poder tener una certeza de lo que le pasó al animal se necesitan tomar muchas muestras de todos los órganos y, para hacer eso, obviamente se tienen que hacer varios cortes y así tener el diagnóstico lo más detallado posible”, dijo.