Como muchos lo piden…

 

No sería nada nuevo, ha sucedido en otras ocasiones con derrotas menos abultadas. Los han despachado por indisciplinas, por resultados negativos, por hartazgo o simple y sencillamente porque tenían ganas de un cambio.

 

No nos sorprendería, el futbol mexicano se distingue entre otras cosas  por proyectos a corto plazo, por la nula paciencia, por los cambios de timón de manera inesperada o por que a alguien se le ocurrió otra cosa.

 

Si lo corren vendrá otro al que alaben al principio y desechen al final, como siempre sucede.

 

Si lo corren encontrarán otro nuevo superhéroe que con el paso del tiempo se convertirá en el villano favorito de la gente.

 

Hoy las mentadas de madre, los ataques y los señalamientos son para Juan Carlos Osorio: que si las rotaciones, que si los cambios, los experimentos, la incongruencia, etcétera etcétera. Y sí, se equivocó, no cabe la menor de las dudas, y si el exceso de movimientos tendría que pagar en algún momento, nadie imagino en su peor escenario que el costo fuera tan alto, pero, ¿qué hay con los jugadores? ¿Ellos no son responsables? ¿Usted los vio partirse el alma? ¿Usted los vio correr los 90 minutos? ¿Usted vio el amor a la camiseta? Yo no, yo no lo vi. Lo mínimo indispensable es correr, luchar, pelear. Lo mínimo indispensable es mostrar carácter, orgullo, profesionalismo. Y no, yo no lo vi. Vi a un equipo entregado a la desgracia y a la humillación.

 

Si corren a Juan Carlos Osorio vendrá otro, tal y como ha sucedido con los pasados dieciséis entrenadores en la misma cantidad de años, porque ese es el número de cambios de técnicos que hemos tenido, claro el colombiano sería el 17, así que no alcanzaríamos si quiera uno por año.

 

Si corren a Juan Carlos Osorio nada cambiará como nada ha cambiado en el futbol mexicano: seguimos sin ser dominantes en Concacaf como lo éramos hace muchos años; seguimos sufriendo, y cada día más, para conseguir el boleto a la Copa del Mundo; seguimos cortándole los espacios de crecimiento al futbolista mexicano; seguimos sin trascender realmente en el plano internacional; seguimos sin dominar el torneo que le corresponde a nuestra zona, esa zona calificada como la más pobre y la más débil es en la misma que seguimos sin marcar absoluto liderazgo.

 

Seguimos soñando cada cuatro años con el pinche quinto partido, ese mismo que ya jugaron Estados Unidos, Costa Rica, Turquía, Corea del Sur, entre otros, y los menciono porque en teoría el equipo mexicano es más fuerte y poderoso que ellos, ¿no?

 

Seguimos estancados en el mismo sitio: que si era o no penal, que si el fuera de lugar, que si la locura de poner al Bofo, que los cambios de Mejía Barón, que si el intercambio de posiciones de Lara y Suárez en el 94, que si los malditos penales.

 

¡Diecisiete entrenadores de 1999 a la fecha! Estados Unidos por ejemplo, en ese mismo tiempo ha cambiado solo en tres ocasiones y nos ha superado en todo.

 

Ni tan bueno, ni tan mágico ni tan revolucionario como su marca de imbatibilidad, como ni tan malo, ni tan imbécil (como muchos le han dicho), ni tan incapaz como el 7-0.

 

Si lo corren volvemos a lo mismo de siempre.

 

No es por ahí.