PARÍS. París se convirtió en el epicentro del rechazo a la reforma laboral del Ejecutivo socialista con una gran manifestación a escala nacional. Al menos 100 radicales se infiltraron en la marcha multitudinaria, saquearon y se enfrentaron a la policía con botellazos, piedras y bombas molotov, que intentó dispersar con cañones de agua, gas lacrimógeno y bastonazos. Se reportaron 26 heridos, entre ellos 20 policías. Un Starbucks, donde se encuentra la tumba de Napoleón, fue destruido.

 

Cerca de 600 autobuses llegados de toda Francia a la capital francesa fletados a iniciativa de siete organizaciones sindicales, con la CGT a la cabeza, quisieron reafirmar que se mantiene la presión contra la reforma laboral que inició este lunes su tramite en el Senado.

 

La CGT situó en 1.3 millones el número de participantes y la policía lo rebajó a entre 75 mil y 80 mil, en una marcha con la que los sindicatos buscaban superar la del 31 de marzo, la más numerosa hasta la fecha, que reunió en todo el país a 1.2 millones, según los organizadores.

 

Fuentes de la Prefectura de Policía de París indicaron que 58 personas han sido detenidas. La protesta de ayer era importante para medir el nivel de apoyo popular que acaparan todavía los sindicatos, tras tres meses de oposición marcados por manifestaciones y huelgas intersectoriales, en especial en el transporte y la energía.

 

En plena celebración de la Eurocopa, que desde el 10 de junio y hasta el 10 de julio ha puesto a Francia en el foco de la atención internacional, esta nueva cita en las calles se produce cuando las huelgas sectoriales, que mezclaban su rechazo a la protesta con reivindicaciones propias de su trabajo, comienzan a perder fuerza.

 

El seguimiento de las huelgas en la empresa pública ferroviaria SNCF descendió a 7.3%, frente a 17% del 1 de junio, y las cuatro jornadas consecutivas de protesta en Air France, que obligaron a la aerolínea a suprimir mil 30 vuelos, concluyen este martes.

 

Pero los sindicatos han advertido que, de no haber avances, esta gran protesta nacional no va a ser la última.