¿Hasta dónde somos conscientes de la calidad de nuestro descanso en el diario vivir en una ciudad tan complicada como la nuestra? ¿Realmente nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de un buen descanso? ¿Ponemos atención en la calidad del sueño que tenemos? ¿Buscamos aquello que podría facilitar nuestra posibilidad de dormir más profundamente, para así descansar y tener una mejor calidad de vida?

 

Son preguntas sencillas que podemos hacernos como parte de hacer conciencia sobre nuestra calidad de vida. En la actividad a la que me dedico, me he dado cuenta que muchas personas carecen de un buen descanso o tienen dificultad para dormir profundamente, ya que su vida gira alrededor de las preocupaciones y pendientes para sacar adelante sus proyectos personales, así como en trabajar intensamente para poder sostener a su familia.

 

Esto los lleva a vivir una vida llena de tensiones y estrés, pues su cabeza no se permite desconectarse de todo eso y no se dan el tiempo necesario para ofrecerse a sí mismos un ambiente adecuado para un profundo y merecido descanso. Es muy común para algunos que, al llegar a casa a descansar después de un arduo día de trabajo, se mantengan conectados a sus computadoras con sus proyectos o su cabeza se mantenga conectada con los constantes pensamientos que no los dejan estar en paz; se mantiene girando en torno a todo aquello que está pendiente en su vida o gestando planes futuros, desconectándose de lo que sucede en el momento presente del aquí y el ahora, dejando de disfrutar lo real, lo que sí hay,  evadiéndolo con todo lo  que el ruido de sus pensamientos trae consigo.

 

Cuando no hemos aprendido a desconectarnos de este ruido mental es mucho más difícil descansar y lograr un sueño reparador, lo cual tiene un efecto negativo en nuestro cuerpo. Escucho continuamente que las personas dicen: “mi cabeza no deja de pensar y darle vueltas a mis pendientes y no descanso, mi cuerpo se siente cansado, pesado y sin energía”.

 

Lo primero para poder tener un descanso más pleno es hacer conciencia de esto y de lo que puedo hacer para lograrlo; luego, aprovechar las herramientas que existen a nuestro alcance, como conectarnos con nuestra respiración -sintiendo la inhalación y la exhalación profunda- para así aprender a ser observadores de lo que sucede en nosotros, en nuestro alrededor y con nuestros pensamientos, sólo observando, sin juicio, para aprender a soltar y elegir nosotros el tiempo en que queremos estar conectados con ellos. Esto es una práctica y se aprende.

 

Además de esto existen otras propuestas para lograr un buen descanso, como ejercitarnos para liberar el estrés, crear un medio ambiente adecuado -sin tener el teléfono o la computadora pegada a nosotros- y así poder elegir el tiempo para un descanso más profundo, poner música y luz tenue y tal vez checar hasta si el colchón y la almohada que tenemos son los adecuados.

 

Por azares del destino, conocí a una persona que tiene un blog donde habla de todos estos detalles y ofrece información sobre el sueño, con algunos datos curiosos al respecto que tal vez te ayuden a tener un descanso mejor y más profundo. Por ejemplo, dice que podemos sobrevivir casi dos meses sin comer, pero solo 11 días sin dormir, o que la falta de sueño puede causar aumento de peso de hasta 0.9 kilogramos en menos de una semana; que el jugo de cereza cuenta con altas cantidades de melatonina, etcétera. Si tienes curiosidad y te interesa conocer más sobre un sueño y descanso reparador, aquí te dejo la dirección del blog: www.neztsleep.com/blog.