El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, llegó hoy a la ciudad de Fort McMurray para supervisar el daño causado por el masivo incendio forestal que forzó a la evacuación el 3 de mayo de todos los habitantes de la localidad.

 

Trudeau está sobrevolando Fort McMurray en helicóptero y posteriormente se reunirá con algunos de los bomberos que han estado combatiendo las llamas para evitar que el fuego destruya los principales edificios de la ciudad.

 

Aunque el incendio forestal, que ha quemado más de 250.000 hectáreas de terreno, se ha alejado de Fort McMurray, las autoridades canadienses han advertido que la ciudad de más de 70 mil personas sigue bajo amenaza y que sus habitantes no podrán regresar a sus hogares hasta dentro de varias semanas.

 

El incendio forestal destruyó alrededor del 10% de Fort McMurray, especialmente en los vecindarios del suroeste de la localidad.

 

Pero la actuación de unos 200 bomberos, que se quedaron en la ciudad abandonada, ha evitado que las principales infraestructuras y edificios, como el hospital o las escuelas, hayan resultado dañadas por las llamas.

 

 

 

En total, unas 90 mil personas tuvieron que ser evacuadas de Fort McMurray y sus alrededores.  

 

 

El incendio, que todavía sigue fuera de control aunque su avance se ha moderado en los últimos días con la llegada de bajas temperaturas y el aumento de la humedad ambiental, ha provocado también la reducción de la producción de petróleo del país en aproximadamente 1 millón de barriles de crudo al día.  

 

 

Al norte de Fort McMurray se sitúan varios yacimientos de las llamadas arenas bituminosas, que contienen una de las mayores reservas de petróleo del mundo.   El fuego obligó a las compañías petroleras a evacuar a sus empleados de algunas de sus instalaciones en la región como medida de precaución.