El semanario inglés The Economist publicó en su reciente edición que la Ciudad de México será la “más intransitable y contaminada” del mundo si los gobernantes no toman las medidas pertinentes para disminuir los niveles de ozono en el aire.

 

La publicación señala que el número de vehículos que transitan por la capital del país podría duplicarse en cuatro años de 5.5 millones a 11 millones, por ello destaca la necesidad de encontrar soluciones no sólo en el transporte privado, sino también en el público.

 

The Economist propone como una posible solución ampliar la red de autobuses de tránsito rápido y que ésta sustituya a los microbuses.

 


Otra opción es que las autoridades capitalinas instalen más parquímetros y eviten que los nuevos edificios habitacionales tengan estacionamientos, con el propósito de que los ciudadanos dejen de comprar más vehículos.

 

Asimismo, la revista recuerda que la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) aboga por duplicar el número de líneas de Metro y pasar de 12 a 24.

 

Sin embargo indica que si el Banco Mundial (BM) puede prestar tres mil millones de pesos para proyectos de transporte público en todo el país, el organismo “no va a acercarse a pagar por ideas ambiciosas de la CAMe que costarían 40 mil millones de pesos al año. Ni la ciudad ni el gobierno federal puede permitirse eso”.

 

México tendrá que gastar más dinero de forma inteligente” para poder darle solución al problema de la contaminación, informó para la revista el Instituto de Políticas de Transporte y Desarrollo de Nueva York.

 

El semanario recordó que en 1992 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó al aire de la Ciudad de México como el más contaminado del planeta. Mencionó que si ahora el aire de la ciudad es más respirable gracias a medidas verdes como la eliminación de plomo de la gasolina, aún no es saludable.

 

“Es más respirable ahora, gracias al cierre de una refinería de petróleo, la eliminación del plomo de la gasolina y otras medidas verdes, pero todavía no es saludable” apunta.

 

Por último, la edición remarcó que la aplicación del doble Hoy No Circula si bien disminuyó los embotellamientos en 30%, la medida sólo genera “la ira” de los conductores de autos nuevos y que el gobierno debe buscar otras opciones para limpiar el aire.

 

Además señaló que si las restricciones persisten, entonces las personas estarán dispuestas a comprar vehículos más baratos, pero también más sucios y que generan más contaminación.

 

Más conductores estarán dispuestos a comprar vehículos más baratos, pero también más sucios para usarlos en los días que no circulen sus autos, como algunos lo hicieron cuando el Hoy No Circula fue introducido por primera vez”, finaliza. (Con información de Proceso y Economíahoy.com) jr