Estamos a la espera de conocer la decisión de política monetaria de la FED en un rato. El mercado en lo general está esperando que la tasa de interés de referencia permanezca sin cambio en 0.50%, pero quizá el comunicado cambie su tono hacia una expectativa un poco más favorable respecto al entorno internacional por la recuperación en el precio del petróleo y algunos datos de marzo de la economía de China que mostraron un mejor desempeño como la producción industrial y ventas al menudeo.

 

RESERVA_FEDERAL_webSi revisamos los diferentes indicadores de la economía de Estados Unidos, vemos que durante el primer trimestre del año, la actividad siguió mostrando una desaceleración. Solamente hay que revisar algunos datos como la producción industrial que crece a una tasa negativa de 2.0% anual, las ventas al menudeo que se han desacelerado desde 3.4% anual en enero pasado a 1.7% en marzo pasado, los indicadores de confianza al consumidor estancados, indicadores de vivienda que ante el aumento en el precio promedio de inmuebles y al riesgo de un incremento en la tasas de interés han perdido impulso. Sin embargo, cifras de la ocupación siguen mejorando y creando expectativas de que el pleno empleo tarde o temprano incidirá en un aumento en el nivel de consumo y generaría un riesgo hacia la inflación futura. Por ello, es probable que el dato preliminar del PIB al cierre de marzo de 2016 (que se conocerá mañana) sea como máximo de 1.0% vs. 1.4% del cuarto trimestre de 2015.

 

No obstante, la expectativa de que a partir del segundo trimestre del año, el crecimiento volvería a tasas anuales de 2.0% podría estar presionando un poco la curva de las tasas de interés americanas. Inclusive el bono americano a 10 años, el instrumento más líquido del mundo poco a poco va dirigiéndose a niveles de 2.0%, cuando en febrero pasado lo vimos en 1.6%. Poco a poco el movimiento de la curva se está presionando. ¿Será que la FED empieza a mostrar un discurso nuevamente dirigido hacia uno o dos aumentos de tasas de interés en este año?

 

Eso significaría también que el dólar, que ha perdido alrededor de 4.0% frente a las divisas más importantes, en promedio, pudiera empezar a experimentar una reacción de alza que traería consigo seguramente una presión negativa en las bolsas y en las materias primas.

 

Aprovechando este momento, ¿cómo se ven nuestros mercados?

 

El peso mexicano ayer concluyó cerca de $17.40; vemos un pequeño periodo de consolidación ante una combinación de eventos positivos como el alza en el precio del petróleo y el ajuste fiscal, monetario y cambiario que llevaron a cabo la SHCP y el Banxico. Actualmente, de acuerdo al movimiento de revaluación del peso de 19.44 hasta 17.10, es probable, muy probable verlo de nuevo arriba de los $18.00 al menos temporalmente. Este nivel de $18.00 es una resistencia técnica importante y fuerte de corto plazo, por lo que si lo supera, buscaría niveles de $18.30 a $18.50 donde encontraría nuevamente un techo.

 

El mercado accionario, por su parte, registra una plusvalía en el año de 6.0% más o menos dentro de un entorno adverso en enero y reacciones de alza desde febrero pasado que lo llevaron muy cerca de su nivel máximo histórico. En la actualidad, viene “consolidando”, es decir, encontró un techo en los 46 mil 307 puntos para iniciar un movimiento de toma de utilidades “proporcional” por ahora que lo llevará a probar en breve sus niveles bajos recientes en 44 mil 700 puntos y sólo su penetración lo llevaría a una zona baja entre los 44 mil y 43 mil puntos. Es cuestión de un poco de “paciencia”.

 

Las tasas de interés en la parte media–larga de la curva (de cinco años en adelante) podrían mostrar reacciones de alza. El spread o diferencia de tasa entre bonos similares de México y Estados Unidos está en un punto bajo, y que sólo con algún catalizador relevante (que no vemos) para nuestra economía podría disminuir más. Vemos oportuno alguna liquidez en espera de reacomodos en las curvas de ambos mercados.

 

Sigamos en comunicación en Twitter en @1ahuerta.