Un ejercicio tan sintomático como revelador: el costo total de los futbolistas que componen la alineación ideal de esta temporada de la Premier League, no alcanzaría para comprar medio Neymar o para amortizar lo que Gareth Bale supuso al Real Madrid.

 

Curiosamente, el más caro es el portero, con los 24 millones de euros que David de Gea implicó al Manchester United. Luego viene una línea defensiva de 16 millones: Danny Rose llegó al Tottenham por 1 millón, Toby Alderweireld a los mismos Spurs por 14 millones, Wes Morgan al Leicester 1 millón y Héctor Bellerín resultó gratis al Arsenal al haberse integrado en divisiones inferiores. La media cancha es de menos de 30 millones: N´golo Kante pasó al Leicester por 8, Dale Alli al Tottenham por 7, Riyad Mahrez al Leicester por medio y Dimitri Payet al West Ham por 13. Por último, la dupla ofensiva es de menos de un par de millones: Harry Kane se formó en el Tottenham por lo que no requirió pago de transferencia, al tiempo que Jamie Vardy vistió la casaca del Leicester por 1.5.

 

Precios que ponen en evidencia al común de los gigantes del futbol europeo: setenta millones divididos entre once futbolistas, con lo que en promedio cada jugador ha salido por 6.3 millones de euros, insuficientes para que los ricos fichen a una cuarta parte de refuerzo.

 

Una alineación que apenas incluye a dos futbolistas de los Big Four (De Gea y Bellerín) y que expone dos denominadores comunes: formación en divisiones inferiores y perfil extremadamente bajo.

 

Es evidente que el Barcelona con Neymar, como el Chelsea con Eden Hazard, el Arsenal con Alexis Sánchez, el Madrid con Gareth Bale o el Manchester City con Kevin De Bruyne, tuvieron como esencial mérito el haber contado con los suficientes millones para hacerse de jugadores ya en exceso admirados. Muy distinto a lo que ha sucedido con la totalidad de esta alineación ideal: instinto, visión, olfato. Porque pagar hoy 200 millones por Messi lo hace quien tenga dinero de sobra; pagar meses atrás 8 por Kanté o 13 por Payet, sólo quien supo ver algo que los demás no veían (ya del medio millón del mejor futbolista del certamen, Mahrez, ni hablamos).

 

A reserva de conocer si el Leicester se corona o si el Tottenham remonta, ha sido una temporada inolvidable en la Premiership: competitiva y sorpresiva, espectacular y vistosa, conmovedora e inspiradora, sus baratísimos elegidos hablan por sí mismos en su persistencia, en su superación, en su sacrificio, en su modestia.

 

Por poner un paralelo: el once del futbol español será acaparado por los tres grandes, con puros futbolistas caros. Aquí un ejemplo, al que bien podrían añadirse Neymar o Antoine Griezmann: Jan Oblak; Marcelo, Sergio Ramos, Diego Godín, Jordi Alba; Iniesta, Koke, Luca Modric; Cristiano Ronaldo, Luis Suárez y Lionel Messi.

 

La Premier League tiene pendiente el devolver a sus equipos a la hegemonía europea y el por fin aprender a mejorar a la selección inglesa, aunque al menos puede estar orgullosa de milagros como ese equipo ideal.

 

Un cuadro que nos reitera: se gasta demasiado y muy mal en el futbol.

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