BRASILIA. El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy que su sucesora, Dilma Rousseff, “no se va a matar ni se va a exiliar” ante el proceso que persigue su destitución.

 

“Nosotros amamos Brasil. Vamos a luchar por la democracia”, manifestó Lula en un discurso en un acto convocado por movimientos sociales que apoyan a Rousseff, en la víspera de la votación de la Cámara de los Diputados en la que se decidirá si el proceso contra la mandataria avanza al Senado.

 

Lula aludió con esas palabras a dos expresidentes brasileños, Getulio Vargas, que se suicidó en 1954 cuando los militares le presionaban a renunciar, y João Goulart, que se exilió en 1964 tras el golpe de Estado del Ejército.

 

“Me parece que a la elite brasileña no le gusta mucho la democracia”, dijo Lula, asegurando que las fuerzas conservadoras siempre han tratado de expulsar a los presidentes que no les gustan.

 

En el discurso, Lula también afirmó que si el vicepresidente, Michel Temer, primero en la línea de sucesión, quiere aspirar a suceder a Rousseff, “que se presente a las elecciones en 2018 y no dé un golpe”.

 

El expresidente le pidió a los movimientos sociales que este domingo “den ejemplo” al realizar una protesta pacífica a favor de Rousseff y no respondan ante “provocaciones” que podrían realizar los manifestantes que se concentrarán en el centro de Brasilia para pedir la destitución de la jefa de Estado.

 

El antecesor y padrino político de Rousseff hizo un breve discurso por culpa de una fuerte ronquera y porque aseguró que hoy tiene previsto reunirse con tres gobernadores, con el objetivo de solicitar su apoyo para recabar votos en la Cámara de los Diputados para la votación del domingo.

 

La propia Rousseff tenía previsto participar en el acto político realizado por movimientos sociales en las inmediaciones del pabellón deportivo Nilson Nelson de Brasilia, pero a última hora canceló su participación para dedicarse a tareas de cabildeo.