Arturo Núñez y Leonel Godoy charlaban animadamente antier por la noche –previo a la cena que sostendrían los gobernadores del PRD con los dirigentes del Sol Azteca- y uno de los temas que saltaría a la mesa sería el de Andrés Manuel López Obrador.

 

Le decía el gobernador de Tabasco al ex mandatario de Michoacán:

 

-Veo a Andrés restando y restando, peleándose con todo mundo. Rompiendo con los Chuchos primero, luego con todo el PRD, con el PT, con Movimiento Ciudadano, después con todo aquel que no se fuera a Morena, conmigo, con su hermano… Yo me pregunto: ¿de veras quiere ser Presidente de la República?

 

Núñez –ya en plática posterior con quien esto escribe- abundaría: “No veo a Andrés caminando rumbo al 2018”.

 

Cierto que el gobernador tabasqueño trae la daga clavada porque López Obrador lo acusó de “traidor” por el resultado que obtuvo Morena –por debajo del PRD, del PRI y del Verde- en las elecciones del año pasado.

 

De nada valieron entonces las explicaciones de Núñez en el sentido de que él no tuvo la culpa del resultado. Y terminó revirando al de Macuspana con una frase clásica de los escolares: “Nos vemos a la salida…” (es decir, cuando deje de ser gobernador.

 

Sin embargo, la oportunidad para Arturo de aclarar paradas se presentó antes: anulada la elección en la capital tabasqueña, en el Centro, por el Tribunal Federal Electoral (porque de que fue una elección bien sucia ni duda cupo), hubo de repetirse el 13 de marzo pasado.

 

Y ahí viene lo interesante y revelador: El candidato del PRD, Gerardo Gaudiano, volvió a ganar y con una puntuación mayor a la de la primera vez, con el 43% de los votos.

 

Lo que sí cambió fue el orden de los partidos que le siguieron: Morena, con Octavio Oropeza, quedó en segundo lugar, con el 25.59%; y la candidata del PRI-PVEM, Liliana Madrigal, se fue al tercero por unas décimas, 25.54%.

 

El punto es que dicho resultado venía a demostrar de algún modo que Núñez tenía razón: que el problema de Morena en Tabasco fueron “sus operadores”, el propio Octavio y compañía.

 

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A Andrés lo envenenaron.- Hoy, a un mes de la elección extraordinaria –de la que López Obrador “no ha dicho ni pío”-, Núñez insiste:

 

“Yo no hice nada en contra de Andrés, nadie lo boicoteó en Tabasco. A él lo envenenaron…Lo que ocurrió fue que Morena no creció lo suficiente porque sus operadores vetaron o inhibieron que muchos se fueran del PRD a Morena. ¡Ése fue el problema de fondo en la elección de Tabasco: Octavio y su gente!

 

Eso –precisa- no significa que vayan a votar en contra de Andrés en la presidencial. Él es otra cosa para la gente. Pero el “ayatolismo al estilo Martí (Batres)” les está haciendo mucho daño.

 

“Ahora, por ejemplo –refiere el ex director del Instituto Federal Electoral-, los Morenos están jalando conmigo y los quieren expulsar. A uno de ellos ¡porque aceptó ser presidente del Congreso!”.

 

De veras, resumiría Núñez, a Andrés lo veo restando y restando. Antes era el líder de todas las izquierdas. Decide bajar un escalón y ser sólo el líder de Morena… Se va a quedar como el llanero solitario y luego con quién va a gobernar.

 

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En espera de la ayuda del gobierno.- En Tabasco nos llovió sobre mojado, refiere el gobernador Arturo Núñez:

 

A la crisis en la economía petrolera se sumó un desempleo de 7.5% (casi el doble del promedio nacional) porque Pemex y las empresas que trabajan para Pemex han despedido a muchos trabajadores en Ciudad del Carmen (Campeche) y en Reforma (Chiapas) y la mayoría de ellos –el 80%- son tabasqueños.

 

Además, Pemex decidió el año pasado no transportar petrolíferos (gasolina y diésel) por ductos. Según calcularon, entre dos mil y diez mil personas se dedicaban al robo de ductos. Así que los suspendieron y ahora esos personajes se enfocan en otros delitos: robos a establecimientos, a vehículos, a casas habitación, a transeúntes, a cuentahabientes.

 

Ante esta situación, Núñez le pidió apoyo a Enrique Peña Nieto para Tabasco y Campeche –los estados más afectados por la crisis petrolera-; el presidente instruyó al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, para que generara un programa emergente de empleo y reactivación económica.

 

Está a la espera de éste.

 

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GEMAS: obsequio del tabasqueño Arturo Núñez: “Ser gobernador es como ser jefe de una central de bomberos. Estás leyendo, suena la alarma y córrele por el tubo para atender la emergencia”.