El Hoy No Circula siempre ha tenido opositores.

 

En todos los niveles, no nada más entre la población.

 

Un día, en su despacho de secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Javier García Paniagua desayunaba en chándal.

 

–Se habla de tirantez entre usted y el jefe del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís.

 

–Sí, tenemos nuestras diferencias –convino mientras apuraba su fruta fresca.

 

–Pero es su jefe –me sorprendí.

 

Manuel no es mi jefe. Quien me puso aquí y me quitará el cargo cuando quiera es el presidente (Carlos) Salinas.

 

–¿Y cuál es la principal discrepancia entre usted y Camacho Solís?

 

–Hay muchas –reflexionó García Paniagua–, pero la principal es la forma en que se aplica el programa ecológico Hoy No Circula.

 

–¿No está usted de acuerdo?

 

–¿Cómo debía de estarlo? –preguntó mientras le servían huevo a la mexicana y se contestó: –No puede quitársele su cochecito a la gente. Esto no va bien…

 

Se explicó García Paniagua:

 

“No es que esté en contra de la ecología. ¡Para nada! Pero hace falta una política integral. Si sólo se limita la circulación de automóviles, tarde o temprano nos alcanzará el destino”.

 

En 1992, en el comedor de la Lotería Nacional (LN), García Paniagua retomó el tema:

 

–Le dije que no estoy de acuerdo con el Hoy No Circula y jamás estaré.

 

–¿Eso le costó el cargo de secretario de Seguridad Pública de la capital?

 

–Sí, pero qué bueno…

 

Del cese a la adopción de ideas

 

El tema tiene vigencia.

 

Más de un cuarto de siglo después de su implementación, el Hoy No Circula es una medida con ajustes constantes según el gobernante capitalino en turno y se ha quedado cojo.

 

En mucho contribuyeron la falta de coordinación entre los gobiernos federal y de la Ciudad de México, como dejaron constancia pública Vicente Fox y Andrés Manuel López.

 

La federación se desentendió y dejó a su suerte al Distrito Federal y casi una veintena de municipios del Estado de México.

 

Esos desencuentros se han terminado y enhorabuena.

 

La administración de Enrique Peña ha encargado un programa más integral y más profundo y se hará de la mano del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

 

En los dos pesa el objetivo máximo de la salud en el Valle de México y lo han antepuesto a su popularidad y a sus intereses políticos.

 

Es el paso no dado en cinco administraciones federales.

 

Quién lo hubiera imaginado: hoy están por instrumentarse acciones como las planteadas pero no atendidas desde 1989 por Javier García Paniagua, quien hasta el cargo perdió por oponerse a medidas aisladas e incompletas.

 

Estados pioneros en seguridad

 

1.- Dos de los estados más seguros del país, Yucatán y Campeche, dan nuevos pasos en esa dirección.

 

El gobernador Rolando Zapata, quien acompaña al presidente Enrique Peña para iniciar el Año Dual México-Alemania, instrumenta el Escudo Yucatán e invierte recursos sin precedentes para comprar equipo y capacitar los cuerpos policiacos.

 

Y Alejandro Moreno prometió no quedarse en la seguridad pública y agregar el fortalecimiento del aparato responsable de aplicar justicia.

 

“México merece una impartición de justicia sin contaminaciones políticas y que el Poder Judicial sea determinante en la consolidación del México que todos queremos”, dijo el gobernador Moreno ante magistrados presidentes de tribunales de todo el país.

 

Si todos los estados hicieran lo mismo…

 

2.- La ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota inauguró cinco unidades móviles del programa Juntos por la Salud en Estados Unidos.

 

En coordinación con los consulados, darán servicio a mexicanos en Nueva York, Los Ángeles, Phoenix, Chicago y Dallas.

 

Y 3.- el Senado dará seguimiento a la adecuación “de nuestra estrategia diplomática ante la cambiante dinámica internacional”, anunció el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Emilio Gamboa.