Con apenas unas horas de diferencia, la agencia internacional Moody’s rebajó la perspectiva de la calificación crediticia de México de estable a negativa y degradó la nota de Pemex a sólo un escalón de perder el grado de inversión, es decir la solvencia para que los inversionistas depositen sus recursos en préstamos para la empresa.

 

A pesar del cambio de perspectiva sobre la economía mexicana, la acción con mayor impacto es la que tomó sobre la petrolera, pues se trata de la segunda baja en menos de cuatro meses, con lo cual su calificación pasó de Baa1 a Baa3.

 

La agencia consideró que la calidad crediticia de Pemex seguirá empeorando mientras los precios del petróleo no suban, se mantenga la contracción en la plataforma productiva y sigan los altos impuestos a la empresa productiva del Estado, señaló Nymia Almeida, especialista del sector energético de la calificadora.

 

La calificadora espera que la producción de la petrolera mexicana se contraiga 5% anual entre 2016 y 2018, como consecuencia de su capacidad limitada para realizar las inversiones necesarias para estabilizar la producción.

 

En un análisis, Finamex Casa de Bolsa mencionó que la intención de Moody’s con el movimiento en las calificaciones es presionar para que el gobierno federal no sólo otorgue más recursos a Pemex, sino que se realice un plan de reestructura que otorgue solvencia a la empresa en el mediano plazo.

 

La reestructura también debe orientarse a la reducción de costos, centrar las inversiones en las áreas de mayor productividad y estimular las asociaciones con el sector privado en los negocios que no sean prioritarios.

 

En esta disminución, la empresa quitó dos escalones a la calificación de Pemex, mientras que el pasado 24 de noviembre, la nota pasó de A3 a Baa1, es decir un piso menos.

 

La agencia también anunció que la evaluación crediticia del gobierno se mantenía en A3, aunque fue colocada en perspectiva “negativa”, debido a la falta de liquidez en Pemex, pues la inyección de capital a la petrolera generaría una deuda mayor.

 

Al respecto, Intercam Casa de Bolsa explicó que la calificadora ve cada vez más difícil que el gobierno reduzca el déficit y la deuda.

 

Cuando se adoptaron las reformas estructurales, Moody’s esperaba que la reducción del déficit, junto con un crecimiento superior a 3%, estabilizaría el endeudamiento, pero el desplome del precio del petróleo y la lentitud económica del deterioraron el panorama, señaló el banco.

 

Sin embargo, el banco Ve por Más, consideró que aunque la noticia “incrementa los riesgos de una degradación en la calificación del país, ésta se encuentra todavía cuatro escalones por encima del umbral de grado de inversión”, es decir que el país mantiene la confianza de los inversionistas internacionales.