La Fonoteca Nacional se sumará a los homenajes al escritor mexicano Salvador Elizondo (1932-2006), en el décimo aniversario de su muerte, reproducirá, desde su página de internet, una selección audios con la voz del autor.

 

El Colegio de México ha realizado, a lo largo del mes, tributos en los que recuerda la vida y obra de esta emblemática pluma, con una muestra y la edición conmemorativa de su obra más destacada, Farabeuf, así como sus Diarios 1945-1985, ésta a cargo del Fondo de Cultura Económica.

 

Al momento de su muerte, Salvador dejó además de una valiosa obra literaria, en la que figuran sus novelas, ensayos críticos y textos periodísticos, más de 83 cuadernos de diarios que abarcan del año 1945 al 26 de marzo de 2006, tres días antes de morir.

 

Paulina Lavista, fotógrafa y compañera inseparable de Elizondo, ha comentado que rumbo a la mitad de su existencia, estos diarios se convirtieron casi en una obligación para el escritor.

 

En aproximadamente 30 mil páginas escritas se puede echar un vistazo a una ordenada colección de pensamientos, poemas, dibujos, ideas, proyectos de un hombre sensible, vanguardista, complejo y profundamente comprometido con su vocación.

 

A pesar de que el escritor consignó que los diarios se publicaran 20 años después de la fecha de su muerte, Diarios se sumó este año a una colección de “artefactos literarios”, textos inefables que son más experimentaciones estéticas literarias que obras de rigurosa estructura.

 

Los datos biográficos del autor lo describen como un joven que desde muy temprana edad tuvo contacto con el universo de las letras y las artes; que residió un tiempo en Europa y Estados Unidos y regresó a México fuertemente influenciado por las vanguardias.

 

Salvador Elizondo falleció el 29 de marzo de 1996 y fue despedido de manera pública en el Palacio de Bellas Artes, como sólo había ocurrido entonces con Octavio Paz (1914-1998), el Premio Nobel de Literatura 1990.