BRUSELAS. Bélgica y Francia colaboran estrechamente para encajar todas las piezas de los atentados del 13N en París, que dejaron 130 muertos, tras la detención del presunto cerebro logístico de los ataques el pasado viernes, Salah Abdeslam, cuyo testimonio confían en que ayude a arrojar luz sobre los hechos.
Abdeslam fue interrogado por los investigadores en dos ocasiones el pasado sábado, pero poco ha trascendido de estas declaraciones, excepto que había cambiado su aspecto desde los atentados y que ello hacía difícil reconocerlo.
El abogado de Abdeslam, Sven Mary, dijo en declaraciones a la radio flamenca VRT que su cliente tiene “informaciones muy valiosas” para la investigación, aunque desmintió haber afirmado que quiera “convertirse en informador”, como publica la edición del lunes del diario “Het Laatste Nieuws”.
Poco después de su comparecencia, trascendió el hallazgo de dos detonadores (aunque ningún explosivo) en un apartamento del distrito bruselense de Forest que fue registrado el pasado martes, en el que también se hallaron huellas de Abdeslam.
En paralelo, la fiscalía identificó a uno de los cómplices de Abdeslam, Najim Laachraoui, quien según algunos medios podría ser responsable de la confección de los cinturones explosivos utilizados en los ataques de París, un extremo que rehusó confirmar la fiscalía.
El ADN de Laachraoui se encontró en al menos dos de los cinturones explosivos: uno utilizado en la sala de conciertos Bataclan y otro en el Estadio de Francia, lo que quiere decir que esta persona los manipuló, y quizá incluso fabricó, apuntaba hoy la RTBF.
La policía encontró además las huellas de Laachraoui en la vivienda utilizada en el barrio bruselense de Schaerbeek, donde se cree que los explosivos de los terroristas de París fueron probablemente confeccionados.
Las autoridades sabían que estaba en Siria desde 2013, y es objeto de una orden de búsqueda internacional desde el 18 de marzo de 2014.
La fiscalía no pudo confirmar que Abdelsam o Laachraoui estuvieran planeando atentar, aunque Molins dijo que “si se encuentran armas en un apartamento en el que ha estado un excombatiente extranjero, es evidente que no estaban de pícnic”.
Abdeslam, Laachraoui y Mohamed Belkaid (los dos últimos con las identidades falsas a nombre de Soufiane Kayal y Samir Bouzid, respectivamente) fueron objeto el 9 de septiembre de un control en la frontera entre Hungría y Austria a bordo de un vehículo Mercedes. Najim Laachraoui está siendo juzgado en rebeldía en el marco de un juicio por terrorismo, y la Fiscalía federal ha pedido para él 15 años de prisión.